domingo, 4 de noviembre de 2012

UNA EMPRESA SOBREHUMANA, OBJETO DE DESEO DEL TURISMO CULTURAL


UNA EMPRESA SOBREHUMANA, OBJETO DE DESEO DEL TURISMO CULTURAL

JESUS JIMENEZ LABAN

"Tienes que primero sentirlo en el corazón para contemplarla después en toda su belleza, riqueza e importancia de su significado", dicen muchos. O "tienes que leer horas y luego 
contemplar en silencio ,algo que involucra a los sentidos y al espíritu", afirman otros.

Así es la maravilla de la Capilla Sixtina que ha cumplido 500 años desde su inauguración con los frescos del maestro Miguel Angel Buonarroti (1475-1564)

Dice la historia que Miguel Angel se resistió a construir esta obra sobrehumana, Se dió a la fuga y se refugió en Florencia, pero ya estaba decidido por el Papa Julio II de aquel entonces (mediados del siglo XVI), no era fácil entonces escapar. 

Y es que Miguel Angel no tenía mucha experiencia como pintor. Era en realidad un escultor genial. Su trabajo era pasar horas tumbado a medio metro de la bóveda, hacerse daño a los ojos por caída del polvo, incluso estuvo a punto de perder la vida mientras pintaba el dedo de Dios que se acerca al de Adan para transmitirle vida (lo que se ve en la esta portentosa obra). Tuvo suerte de no caer de los andamios.

Miguel Angel es el modelo perfecto para cualquier ser humano que hace empresa en su vida, en su profesión, en su negocios, en cualquier actividad donde se requieran genio y tenacidad. 

Así que sólo, atormentado y dolorido y con estrecheces económicas, Miguel Angel demoró cuatro años en pintar la bóveda de la Capilla Sixtina, una empresa sobrehumana 

Después de un tira y afloja con el Pontífice, cuenta la historia, Miguel Angel consiguió la libertad creativa para ejecutar su proyecto: "Quería mostrar toda la historia del mundo y del cosmos antes de Jesucristo, comenzando con la vigorosa creación del sol y las estrellas, del hombre, de la mujer..." "Quería plasmar los momentos más dramáticos: la expulsión del paraíso, el diluvio universal, rodeando todas esas escenas con una constelación de “precursores” del Verbo: los profetas judíos, las sibilas grecorromanas…"

En efecto, ¡una obra genial! Parecidas palabras usa Joseph Ratzinger, Su Santidad Benedicto XVI, el Papa, cuando señala que con la Capilla Sixtina la mirada es invitada "a recorrer los mensajes de los Profetas, a los que se unen las Sibilas paganas en espera de Cristo, desde el principio de todas las cosas".

Quizás el Papa Julio II, allá en el año 1475, no imaginó nunca las oleada de turistas visitantes que iban a ocurrir en los siglos venideros. 

De hecho, es el éxtasis que despierta al cabo de 500 años. Es como Antonio Paolucci, director de los Museos Vaticanos la "atracción fatal, el objeto de deseo, el objetivo irrenunciable del turismo cultural"

Pero, más visitas ya no resistiría la Capilla Sixtina. En corto-mediano plazo tendría que ponerse un límite (número cerrado) para evitar que siga su deterioro. Con capitales japoneses se restaura ahora, pero el peligro continúa aceleradamente. 

Tanta gente -unos 5 millones por año y 10 mil personas por día- malogra daña las pinturas. Los arquitectos saben que cuando hay mucha aglomeración de gente no sólo hay humedad por los cuerpos sino anhidrido carbónico producido por la transpiración.

El remedio es, según los especialistas, controlar la temperatura y la humedad Pero no solo eso. Es también eliminar el polvo (efecto antrópico) con un recambio rápido y eficaz del aire.

Sus 500 metros cuadrados son, en realidad, toda una pinacoteca, una constelación de obras maestras. Una joya sublime del mundo.

Con información de Le Osservatore Romano, Ansa, EFE, ABC, El Comercio (Ecuador) 

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