sábado, 27 de noviembre de 2010

CUANDO ALGO HUELE MAL (II)

CUANDO ALGO HUELE MAL (II)
JESUS JIMENEZ LABAN

Si un juez se equivoca, un vocal superior puede hacer la enmienda.  Si éste insiste en el error, un vocal supremo puede ser la solución.  La instancia es plural para asegurar la justicia a las personas, pero qué pasa si la suerte del demandado o procesado se decide entre policías y abogados poniendo a los jueces de espaldas a la defensa o la verdad.  De ahí, la trascendencia del periodismo de investigación como un servicio público.

Hay dos peligros que acechan a la democracia por los cuales un ciudadano de a pie puede terminar desencantado con el sistema.  Uno de ellos es el freno al desarrollo económico, cuando su brillo no alcanza a todos sino a unos pocos, precisamente por falta de equidad, de consenso y de cohesión.   Otro es la corrupción que convierte al Estado en un botin, es decir, todos –casi todos- lo quieren tomar por asalto.

El Perú ha sido uno de los primeros en el mundo en ser observado e investigado por la Organización de las Naciones Unidas.  De ello derivó  la  firma por Perú de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción. Es signatario también con la OEA de la Convención Interamericana contra la Corrupción, tiene acuerdos importantes en códigos de conducta profesionales, extradición y recuperación de activos en la lucha anticorrupción que promueve el Foro Asia Pacífico APEC.   El Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos contempla exigencias en el medio ambiente y un plan anticorrupción en el sector forestal.  

De manera que lo que mas nos ha costado –Democracia, riesgo país, estado de derecho, inversiones- tiene mucho que ver con los esfuerzos que hagan el Estado –todos nosotros gobierno tras gobierno- con un crecimiento y desarrollo económico mas inclusivo y una Administracion Publica más ética, más transparente y menos reglamentarista con un poder sancionador que no acabe en la impunidad.  Claro, no se puede echar a todos en un mismo saco, pero es necesario una profunda revolución deontológica que parta de las entrañas. 

Michael Reisman, profesor de leyes de la Universidad de Yale que también toca el tema de los incentivos y la impunidad, nos recuerda que el Estado siempre va a estar entre dos flancos.  De un lado, siguiendo su teoría, las demandas de la población (los inputs) el reclamo de mejoras en su calidad de vida.  De otro, los servicios que el Estado está obligado a dar (los outputs) tales como salud, educación, justicia,  seguridad.   

Este necesita reflectores permanentes para que la tentación no se apodere de las personas.  Por eso, preocupa en silencio a muchos ver canales de televisión en procedimientos concursales, medios entrampados en procesos judiciales o privados de publicidad o discriminados en su acceso a la modernidad tecnológica.  Es, en la práctica, la muerte en vida.   En una democracia –de cualquier parte del planeta-  no puede haber censura en monopolios mediáticos, cuando una sola organización tiene en una sola mano todo el poder. Ningún medio de prensa en una democracia tiene por qué someterse a una evaluación, prohibición o clasificación de sus noticias porque ello sería incurrir en la censura previa prohibida por la mayoría de constituciones en el mundo.

El pueblo es el foco del periodista. El periodista es la voz de la gente. Cuando el lector, el oyente, el televidente, el internauta busca luz de la verdad, la prensa enciende el foco. Es el canal por excelencia de la transparencia y la garantía de la decencia. El periodista, aunque incomprendido por el poder, esta siempre alerta a las malas obras del enemigo del país, lo que deviene en contra de la ley, de los intereses y la seguridad de la nación y va contra el bien de todos.

Es urgente y necesario promover la transparencia y extirpar la corrupción.   Nadie lo va a hacer –como ocurre en otros países de la región- sino la prensa, siempre y cuando esté alejada del poder, libre e independiente y pegada a los principios de la democracia que se retroalimenta con la transparencia, el acceso a la información y el encuentro de la verdad, cueste lo que cueste, caiga quien caiga.

CUANDO ALGO HUELE MAL

CUANDO ALGO HUELE MAL
JESUS JIMENEZ LABAN
Es realmente espantoso.  Un seguro social que no tiene medicinas para atender a los pacientes, que no cuenta con camas para atender a ancianos moribundos en emergencia y que pone en la lista de espera a miles de asegurados mientras se retuercen de dolor o los sorprende la muerte. Sí, es espantoso.  Que ese cuadro de desesperanza –gente desahuciada sin un mano amiga- , de indefensión –sin protección del Estado- y de desolación –de tristeza por gente que muere y que podría seguir viviendo si es atendida a tiempo-,  aparezca una denuncia certera de  corrupción con funcionarios que se llevan el dinero de los pacientes que más lo necesitan, es un acto que no tiene nombre.
No miremos sólo el escándalo por el uso del recurso de indemnización por un supuesto despido arbitrario, sino la complicidad de varios funcionarios para que un acto de venalidad pública –corrupción, soborno, desvergüenza- sea aceptado dentro de una legalidad mal entendida.    
Pongo en salvaguarda la honorabilidad y el buen nombre de funcionarios probos y derechos –que sí los tiene también la Administración Pública-, pero en este caso se trata de la vieja costumbre de hacer calzar un hecho irregular –acto administrativo nulo- dentro de una justificación tirada de los pelos, aunque esté reñida con la moral de la honestidad y la ética del buen y mejor proceder. 
Esto no es nuevo.  Valdría la pena desempolvar los expedientes de las comisiones investigadoras del Congreso a lo largo de los últimos 40 años.   ¿Qué pasó ahí? ¿Quiénes fueron los protagonistas y los que actuaron en la sombra? ¿Qué se hizo con las pruebas? ¿En quedó el delito?   Uno de los males de la República –entendida como separación de poderes- es la impunidad.
Por supuesto, en lo que respeta al escándalo del seguro social, casi todos conocemos los capítulos de la novela.   Producido el destape mediático, viene la demonización del funcionario.  Se quiere circo para aplacar las iras de las tribunas y del pueblo, pero a lo mejor los que se rasgan las vestiduras, los que se dan golpes de pecho y lo que se hacen a un costado para no salpicarse, son iguales o peores que el diablo al que le echan la culpa.
David Eastman, una autoridad mundial en administración estatal, dice que es importante poder conocer cómo y por qué se produjo el delito.   Lo primero ayuda a conocer la maraña en la que se mueve la corrupción y lo segundo, los estímulos que tuvo el burócrata para caer en el ilícito penal como bajo salario y ausencia de potestad sancionadora. A ello hay que combatir  una contracultura perversa, algo así como “si todos roban y no pasa nada, yo también robo”.  La tarea pendiente es crear las condiciones para que no se repitan los hechos.  Y esto se logra con prevención, campo en el cual hay todavía una tarea pendiente. 
El corazón del problema va más allá de un indemnización “arreglada”.  Toca el nervio del poder.   No olvidemos nunca el viejo aforismo de Lord Acton: "Todo poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente". Por ello, debemos ser incansables con la transparencia, el diálogo y la participación de la ciudadanía.   Es, precisamente, esta sentencia que vuelve renuentes e incrédulos a muchos sobre la conveniencia o no de una reelección inmediata o mediata- aunque otros aleguen que cinco años no son suficientes para implementar un plan de gobierno.
Si es cierto lo que dice Lord Acton, valdría la acción luego de muchas preguntas en torno a las otras licitaciones, concesiones, privatizaciones, adendas, compra venta de tierras, programas sociales, manejo de deuda externa, administración de reservas etc.  ¿Podemos también ver en las respuestas a estas preguntas fuentes de tentación, desviaciones o filtraciones?  Se necesita para eso algo similar a la era de las Manos Limpias en Italia después de la Cosa Nostra.  En el caso peruano, ¡quién más!, sólo la prensa está llamada a hacerlo (continuará…)

jueves, 25 de noviembre de 2010

¡SEÑORES, QUE PASA CON EL CONSENSO!

¡SEÑORES, QUE PASA CON EL CONSENSO!


JESUS JIMENEZ LABAN

Con frecuencia escuchamos y vemos que en el Perú se habla de cambio de modelo económico. Esto es dañino y perverso si pensamos en el dolor de la población. Aquí no se defiende las bondades de uno o de otro modelo económico sino que su transición de uno a otro es siempre complicada y tiene impacto directo en el bolsillo de la gente.


El programa económico del ex presidente Fernando Belaúnde se truncó en su primera administración con un golpe de estado que sumió al país entero en un largo callejón oscuro de una dictadura de 12 años. El modelo revolucionario –como lo llamaban Velasco y Morales Bermudez- era en realidad un experimento socialista –como se conocía entre los inversionistas- , pero este régimen que había nacido como una supuesta solución al regimen democrático ejercido por Belaúnde, pronto terminó en la desesperación popular que se volcó a las calles y que terminó en negociaciones con los organismos financieros, arreglos de deuda externa y la convocatoria a una Asamblea Constituyente en 1978 que dio a luz la Constitución de 1979.


De vuelta al poder, Belaúnde –un hombre bien intencionado- aplicó una política heterodoxa que se hundió por el fenómeno de El Niño, complicaciones en el pago de la deuda pública y la violencia terrorista que se incubó durante la dictadura. En medio de estos vaivenes político económicos, la gente pagó la factura otra vez, de manera que cuando llega la primera administración del presidente Alan García, la gran esperanza de grandes mayorías era por un cambio. El acento izquierdista que da el gobernante a su política económica, se basó en el control de precios, control de cambio y control arancelario, pero el crecimiento de los años 1987 1988 queda sustentado en el dispendio de reservas, aparente bonanza que los ciudadanos pagaron después en su máxima expresión en el histórico "salinazo".


Pronto llegó la hora de la realidad y con ello el rompimiento con los organismos financieros internacionales. Sin entrar en mayores detalles, la factura que tuvo que pagar el poblador fue alta cuando -ya durante el gobierno de Alberto Fujimori- se dio un severo ajuste fiscal para estabilizar la economía -Fujishock- y el recrudecimiento del terrorismo. Es decir, la reinserción en los circuitos financieros, el entendimiento con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial –incluyendo el Grupo de Apoyo y el Club de París y Plan Brady- y la pacificación fueron un precio alto para el poblador promedio por los enormes recursos que tuvo que asignar el Perú –como no podía ser de otro modo- para honrar sus compromisos, dejar de lado la política del perro muerto y pacificar el país para seguridad ciudadana y de las inversiones, motor del desarrollo y crecimiento económicos.


Fue ésta una reforma económica y social que no solo vino con un ajuste y restablecimiento del crédito internacional, sino también con profundos cambios en los aspectos tributarios, fiscales, pensionarios, cambiarios, arancelarios etc., en la cresta de una gigantesca ola de liberación del mercado y del comercio local e internacional que incluyó programas sociales que aun se implementan en un proceso que no concluye en la lucha contra la pobreza, programa que deberá reorientarse hacia el empoderamiento de la gente, acceso a los microcréditos e internacionalizacion de sus pequeños negocios, lo cual no puede alcanzarse si una nueva orientación de la educación.


Si bien es cierto, desde 1997 se produjo cierta desaceleración en las reformas económicas con el consiguiente malestar económico de la población –seguido por efectos de las crisis financieras de Asia, Rusia, Brasil-, en los comienzos de la década que termina –pese a la crisis política por la caída del presidente Alberto Fujimori, los destapes de la corrupción y la mision estratégica por la estabilidad democrática del gobierno transitorio de don Valentín Paniagua y otras complejidades del activismo social- las reformas económicas se han mantenido -sea con el presidente Alejandro Toledo o el presidente Alan García- en pie a punta del sufrimiento de los que menos tienen porque son ellos los que con su esfuerzo, sacrificio, trabajo han financiado el cambio de las reformas.


Al parecer cuando hablamos de cambio de modelo económico nos acordamos de los dirigentes políticos, pero olvidamos estos antecedentes de un pueblo que siempre carga sobre sus hombros los aciertos o desaciertos de los gobiernos. Los grandes ajustes económicos se han dado antes del inicio de uno y después del comienzo de otro, todos con serio e intenso sufrimiento del hombre de la calle. 


Por supuesto, estamos de acuerdo con que el brillo de las reformas hasta ahora avanzadas nos ilumine a todos. En el contexto actual, unos han crecido exponencialmente mientras otros creen que las cosas han mejorado levemente, siguen igual o han empeorado.


Entonces de lo que se trata es de alcanzar un consenso –entre las élites y las dirigencias populares- para ser más inclusivos, incluir a más gente con el brillo de esas reformas, lo cual supone poner en marcha el Acuerdo Nacional y auspiciar la cohesión de los diferentes niveles de la vida de la Nación. Si alguien pretende echar gasolina a la candela, ha perdido el reloj de la historia y está de espaldas a la realidad.


Las propuestas de seguridad ciudadana y una mejor distribución de riqueza con menos corrupción podrían reducir en gran medida el desencanto que tienen los ciudadanos en el Perú por la democracia, según encuestas serias. Sólo en un cerebro tan retorcido como el de los resentidos o retardatarios, podría pensar en un espacio para una nueva aventura. Y cuando hablamos de cohesión, estamos diciendo acabar con el divorcio entre movimientos liderados por caciques en los ejes locales y regionales y representantes en un Parlamento sin representación de las bases. Fragmentar el país en movimientos que no están conectados con los otros ejes del poder  es un contrasentido que afecta la gobernabilidad de un país.  Una democracia que    tiene vasos comunicantes entre los de arriba y de los abajo, requiere de una articulación fina  entre los ejes del poder: nacional, regional y local.


Los partidos políticos tienen que fortalecerse, independientemente de los defectos que muestran. Son la única columna vertebral de la democracia, de manera que está en los candidatos presidenciales no ir por el lado de la confrontación –actitud que hará frotarse las manos a los aventureros- sino por el camino del dialogo y la conciliación, algo que significa ceder posiciones en nombre de la viabilidad democrática que reclama respeto a la libertad de expresión, a la propiedad, la seguridad y que exige un golpe de gracia a la corrupción. Y no caer en provocaciones desgraciadas.


Señores, los medios de comunicación –ahora más que nunca- tienen una misión delicada que cumplir. Esta no exige más que libertad para saludar lo bueno y criticar lo malo, aportar propuesta al servicio del bien común y ejercer la profesión con neutralidad sin apasionamientos ni compromisos con los bandos. A falta de partidos sólidos, la democracia se mantendrá en pie con una prensa libre para alcanzar la verdad, base de la justicia de los pueblos.

martes, 16 de noviembre de 2010

EL BAILE YA EMPEZO…¡LA VICTORIA ES NUESTRA!

EL BAILE YA EMPEZO…¡LA VICTORIA ES NUESTRA!


JESUS JIMENEZ LABAN


Desde lo mas hondo del corazón no hay partido, movimiento o agrupación que no tenga en mente la victoria final aun antes de haber empezado. Por eso, a medida que los motores de la campaña presidencial empiezan a rugir, mas fuerte resonara en nuestros oídos, “si se puede”, “nosotros somos el cambio”, !la victoria es nuestra! Claro, no importa lo que digan los slogans  ni la propaganda, lo que cuenta es cómo piensan los candidatos  llegar a Palacio y ocupar la mayor cantidad de escaños en el Congreso. Por lo pronto, parece que los partidos que figuran primeros en las encuestas no necesariamente tendrán asientos en el Parlamento, por lo menos como ellos lo imaginan, a la luz de las nuevas tendencias en el mapa político peruano.

¿Escaños al arranche? Para nada

Y es que los reflectores de la política apuntan ahora a los pequeños que, precisamente, por ser tales tienen necesidad de agruparse para ganar estatura. La figura no es nueva, pero esta vez hay una sinergia de fortalezas: seriedad en la propuesta para no azorar las inversiones, reclutamiento de movimientos regionales, recorrido transversal en provincias y voto casi cautivo de las canteras religiosas. De manera que si un candidato de las minorías se erige como una opción creible, cede en los logos y se pone de acuerdo con los reclamos regionales, no sería poco el caudal que alcanzará en su aventura.

Queda claro para las diferentes fórmulas presidenciales, entonces, por qué los partidos podrían sufrir algunas bajas en sus candidaturas, cómo puede afectar esto  la proyección de sus bancadas y en qué medida su caudal de votos . La idea de agruparse no será de uno sino de muchos. El problema para estas alianzas es que podrían nacer con pies en barro si es que no existe un programa coherente de gobierno, una plataforma con ideas en común, o una garantía ética para que ese conjunto de grupos políticos no se desbande –transfuguismo- tan luego llegan al poder, defraudando al elector. Lo que quiero decir es que tiene que haber aquí -nada impide que se agrupen-  un liderazgo responsable para asegurar la futura gobernabilidad del país.

Pero hay otro escenario. Lo que se ve ahora es un archipiéalgo de partidos grandes – los últimos que se han presentado en la CADE 2011- que se pelean por el centro político. Todos quieren ser de centro, pero olvidan la ley de los equilibrios y de los contrapesos. Así, si el partido que ocupa el centro se inclina hacia el centro derecha, otro cubrirá su lugar. Del mismo modo, si una agrupación migra hacia el centro izquierda, el espacio de la izquierda per se quedará sin piso o en el aire, algo que los politólogos lo entienden muy bien.

Vale recordar que el plan de gobierno coherente es el que ganará las elecciones, más aun en un escenario en que la mitad de la población no cree en la politica economica y cerca de un 80 por ciento no siente mejoras pese al éxito de las reformas y el crecimiento económico.  

Claro, éste podría ser el punto débil de los pequeños –podrían pensar muchos que se agrupan ahora para luego esfumarse o enfrentarse-porque no tienen una ubicacion política ni económica claras, pero qué decir de las agrupaciones grandes. Hay que evaluar a cada uno, según su propia realidad. Empezando por el partido de los astros –el mejor organizado en el Perú-, vale reconocer que tiene en Mercedes Araoz una candidata de lujo, pero el desgaste natural del poder lo llevará por caminos no convencionales. Más tarde o más temprano –por instinto de conservación de su vida política- podría hacer uso de la escopeta de doble cañón, lo que esta vez significa acomodarse a la circunstancia, juntarse a última hora con el que más posibilidades tiene, un estilo pragmático sin apego momentáneo a los principios como lo ha hecho a lo largo del siglo XX en diferentes gobiernos para sobrevivir.

Solidaridad Nacional tiene muy buena presencia en Lima, pero no tiene espinazo político en provincias. Podría suplir esa carencia con Unidad Nacional y otros partidos, pero la cosa aun está en la nebulosa, precisamente porque quieren el panorama completo y no hay ahí niños de pecho. De Fuerza 2011 bajo un liderazgo juvenil, realmente existe un gran misterio porque hasta ahora todo parece indicar que Keiko Fujimori ira sola a las elecciones, a no ser que exista alguna alianza secreta para dar la gran sorpresa.

Perú Posible, que tiene la gran ventaja de experiencia de gobierno, podría encontrar un increíble respaldo en las huestes de Acción Popular, sobre todo si el mensaje del candidato llega con un mensaje pragmático para contentar tanto a “reaccionarios” como a los "caviares” para usar el lenguaje de los apasionados en política. En una palabra, el enorme poder mediático con que cuenta Alejandro Toledo, podría alcanzar los consensos que reclama Porter entre la centro derecha y la centro izquierda.

Un mapa simplificado para entender un escenario variopinto

Si esto se llegara a producir, lo que escribo es solo una foto para el momento porque el escenario puede cambiar después, el espacio de la izquierda quedaría libre para el Partido Nacionalista, pero cómo lograría Ollanta Humala capitalizarlo en su favor, es todavía una gran incógnita, sobre todo después de escuchar un lenguaje del candidato más mediático en la CADE, de Urubamba, Cuzco,

El asunto es que el segmento de electores de las izquierdas va a ser apetecido por muchos. Por ejemplo, dónde está el padre Marco Arana que lidera un colectivo de organizaciones como alternativa a Humala, qué está haciendo  Alberto Pizango, el líder de la resistencia a las concesiones petroleras en las comunidades indígenas y a quiénes apadrina -si esto se diera- y qué efecto tiene el  narcotráfico en la captación de adeptos –disfrazado de benefactor en los pueblos de la selva, pero distorsionador de la economía, tema tocado públicamente por los candidatos Toledo y Humala en CADE- y cómo está Sendero en su plan de entrar al Congreso con partido político o para qué se entrena el MRTA en la frontera con Bolivia, según alertas informativas.. De alguna manera, en medio de movimientos de algunas ONG en el Poder Judicial, algo que preocupa a la ciudadanía, sobre todo con la puesta en libertad de sentenciados por terrorismo, alcanzada por beneficios penitenciarios después de una reforma de la ley. 

Ahora bien, Fuerza Social, cuya cabeza visible Susana Villarán estará operando en la Alcaldía desde el 1 de Enero de 2011, necesitará aliarse con un candidato que ejerza liderazgo con trayectoria coherente ante el electorado que busca ocupar en el espacio de la izquierda, aunque podría reclutar simpatías en otras ubicaciones. Por las preferencias ciudadanas, para varios analistas resulta muy probable que en algún momento se encuentren Fuerza Social y Fuerza 2011, aunque es muy temprano para verlo. ¿Tiene a fujimoristas Fuerza Social entre sus filas?, se pregunta la crítica aguda.

Pero aun así hay fuerzas que quedan en el aire. Me refiero a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional cuyos uniformados -con criterio colegiado- tienen derecho al ejercicio de sufragio, caudal que se estima en unos 300 mil votos sin contar a las familias. Vale recordar que la reforma previsional y la estructura remunerativa se ha postergado en 180 días, es decir, casi en vísperas de elecciones, según reportes de la Comisión de Presupuesto.. Otro tanto, está en los universitarios que se cuentan en unos 800 mil jóvenes, fuerza tangible con mucha capacidad crítica que está sumergida en las redes sociales. No menos importante es la fuerza de más de 700 mil votos de los peruanos en el exterior, sin incluir las familias de los inmigrantes, una fuerza dispersa porque no existe distrito único, pero es caudal seguro o complementario a cualquier alternativa partidaria que sepa llegar a ellos.

Por consiguiente, la “Victoria es nuestra” podría ser el grito de quienes mejor se muevan entre estas variables políticas. Lo que se ve claro es que nadie llegará solo, es el momento de juntarse, es la hora de las alianzas, aunque –ojo- no siempre funciona el endoso político en el Perú.

Sea como fuere, los partidos pequeños agrupados pueden decidir el destino de la candidatura presidencial con mas opción  -tanto en primera como en segunda vuelta- , escenario en el cual podría darse una pelea despiadada entre el poder de los medios de comunicación –destapes, escándalos o revelaciones- , la persuasión de las encuestas –la gente no vota nunca por el perdedor- uso de redes sociales –donde el rumor puede ser el gran peligro de desinformación- y una campaña de clic a clic, puerta por puerta, boca a boca, toque a toque, plaza por plaza, pueblo por pueblo.

¡Señores, empezó el baile! ¡La campaña ha comenzado!















viernes, 12 de noviembre de 2010

COLEGAS, SEGUIMOS AL PIE DEL CAÑON

COLEGAS, SEGUIMOS AL PIE DEL CAÑON
JESUS JIMENEZ LABAN

El primero de octubre  de 1980 el Colegio de periodistas hizo realidad el sueño de muchos colegas.  Era la gran esperanza –tal como lo vi en Palacio cuando se promulgó su Ley 23221- y la fuente de inspiración deontológica de la profesión.   

Me acuerdo que la ética era el punto fuerte de la campaña de los primeros candidatos al Decanato en la historia de la Orden, junto con aquello de que la colegiación era indispensable para el ejercicio de la profesión, cosa que fue reiterada en su reglamento del 30 de septiembre de 1981. Y, por supuesto, la esperanza de la profesionalización, del sueldo decente y de un ente que uniera e integrara a los profesionales de la pluma y del micrófono.

En realidad, la profesionalización fue un hito importante en la vida de todos nosotros.  Por aquel entonces, ya con los estatutos aprobados en 1982, había poquísimos periodistas con estudios y título profesional otorgado por una universidad, de manera que muchos con ocho (8) años de experiencia lograron colegiarse y otros con tres (3) años de ejercicio con otro título profesional  pudieron también hacerlo.  Otro paso importante fue el de los tres sueldos mínimos y dos días de descanso como logro laboral en el periodismo.

El Colegio de Periodistas, institución autónoma con jerarquía constitucional en su artículo 20 de la Carta Política,  ha tenido épocas de gloria –como lo pueden acreditar el liderazgo y la gestión de los primeros Decanos; épocas de profundo dolor –con la masacre de Uchuraccay hasta ahora no esclarecida- y épocas de decadencia –escándalo tras escándalo-  por apetitos de poder, vale decir, pretender tener todo el poder en un sólo puño de espaldas a la visión, misión, metas y objetivos del gremio.

En realidad, el Colegio -más allá de su jurisdicción limeña o nacional- es para mí un solo sentimiento:  EL COLEGIO DE PERIODISTAS, la orden sagrada que nos debiera honrar, defender, unir a la sombra de sus fundadores, de nuestros colegas muertos que estuvieron siempre al pie del cañón en defensa de la Libertad de Expresión y SIEMPRE UNIDOS.

Sin embargo, por razones que escapan a estas reflexiones, con la llegada de la dictadura de los años 90, la fuerza, la energía y el valor del gremio ya no fueron los mismos.   Vino una etapa de desmoronamiento legal de la orden que empezó con la supresión del financiamiento -1 por ciento de ingresos publicitarios-, el recorte de los derechos laborales y la división, flecha con veneno que contaminó en poco tiempo todo el tejido jurídico del periodismo y con ello el surgimiento del sensacionalismo y amarillismo en malas manos.  La estocada final vino cuando una ley de los años noventa debilitó, en la práctica, el artículo segundo de la ley 23221 que establecía que la colegiación es “requisito indispensable para el ejercicio de la profesión periodística. 

Debilitado y casi agónico –debido a la fallida administración y gestión de dirigencias- el Colegio estuvo al borde del ocaso, circunstancia en la que aparecieron de manera sucesiva el Consejo de la Prensa Peruana e YPYS - Instituto de Prensa y Sociedad, instituciones respetables, pero que no han llenado – ni creo que sea o haya sido su pretensión- el vacío dejado por el Colegio, salvo mejor parecer.  Las cosas se complicaron en medio de un debate doctrinario en torno al campo de acción en el ejercicio de la libertad de expresión.  Surgieron dos corrientes.  Los que defendían la libertad de expresión como facultad exclusiva de los periodistas colegiados y aquellos que sentían podían ejercerla como un derecho humano universal.   Al medio, hubo periodistas –como ahora- que se negaban a colegiarse y –como apuntan juristas- no hay manera de coaccionarlos.

Se dijo con razón que este derecho humano podía ser ejercido por todos a la luz de la ley, el derecho y la doctrina jurídica, siguiendo los alcances de la Constitución de 1979 vigente en ese entonces.   Por la misma razón, la Defensoría del Pueblo emitió una resolución al amparo de dicho mandato constitucional de 1979 que ha sido ratificado en su artículo 2, Inc, 4 de la vigente Constitución Política de 1993.  Del mismo temperamento, tras interpretar el texto constitucional mucho después, lo fue el Tribunal Constitucional.  

Quedaba claro que había que colegiarse para ejercer la profesión, pero también quedaba intacto lo dispuesto por el inciso 4 del artículo segundo de la Constitución, vale decir,  el derecho que tiene toda persona “a las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento…”  Aclaradas las cosas, incluso a los ojos de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) -muy celosa y prevenida en el tema-, las aguas volvieron a su nivel, porque –siguiendo a los juristas- se entendió que en el Peru se respeta los derechos constitucionales de cualquiera, periodista o no,  para expresarse libremente en los medios de comunicación social.  Con la llegada de internet, el periodismo ciudadano que compite con el tradicional se inscribe en estos derechos, aun en las redes sociales y en el bloguerismo.

Pero la dispersión de los colegas había comenzado porque desapareció la fuerza –en cierto modo coercitiva- de la ley para el ejercicio del periodismo por parte de periodistas profesionales tanto en entidades públicas como privadas.   Dicho de otro modo, la colegiación de periodistas no es siempre obligatoria para el ejercicio profesional como pasa con los abogados y los médicos. 

El gran tema ahora es que se necesita de un poder fuerte para representar, unir y proteger al gremio, es decir, un liderazgo que se sustente en la ética, alejado de la influencia de cualquier poder ajeno a la prensa y en la UNION y la SOLIDARIDAD gremiales. Y cuando hablo de unión y solidaridad me refiero al Colegio de Periodistas, la Asociación Nacional de Periodistas (ANP) y la Federación de Periodistas del Perú (FPP).  El Colegio en su relevante misión ética, en tanto que las otras instituciones al servicio de los fines de defensa gremial como lo plantea la institucionalidad democrática en el Perú.   Bien puede el ambiente de armonía y de amistad que se vive en el Club de Periodistas, un excelente club de amigos, ser un buen punto de partida para confraternizar entre colegas, pero NUNCA DIVIDIDOS.

Por eso, los candidatos que se presentan en estas elecciones deben ser transparentes –no tengo por qué dudar de alguno- alejados de cualquier influencia del poder y, por supuesto, de la tentación de llegar a la dirigencia para asegurar un puesto público y privado, hipótesis negada para esta consulta de periodistas.   Creo firmemente que en la unidad y la solidaridad está el Poder de la Prensa que las exigen para ejercer un periodismo en la búsqueda de la verdad, en la profundización de la investigación como respuesta a la corrupción y la libertad con responsabilidad para no demonizar a nadie antes de conocer toda la verdad o la resolución judicial.  Es la memoria sagrada de los colegas que ya no están con nosotros, que las reclaman: UNION Y SOLIDARIDAD. Así sea.       

lunes, 8 de noviembre de 2010

TODOS VUELVEN


SALVATAJE DE PERSONAS, DE FAMILIAS Y DE EMPRESAS (2)
JESUS JIMENEZ LABAN

El sueño de una Ley de Inmigración aprobada por el Capitolio es un anhelo vivo que se mantiene entre millones de hispanos en los Estados Unidos.  Aunque hay quienes creen que la nueva conformación de las Cámaras hará más difícil tocar el tema migratorio, hay otros que se entusiasman con la llegada al Congreso estadounidense de varios demócratas y republicanos con voto de hispanos, lo cual en su opinión es un anticipo de su poder en las elecciones de 2012, una prueba de fuego.

La decisión SB 1070 y otras iniciativas como la restricción de carta fianza y negación de nacionalidad a los hijos de los inmigrantes, generan preocupaciones en todos.  Por eso, una vez terminadas las tensiones y preocupaciones de las elecciones de medio término, parece un hecho que autoridades la Casa Blanca se reunirán en las próximas semanas con representantes del Congreso del Perú para constatar in situ la problemática migratoria.

Entretanto, lo que quedó claro en la reciente presentación de la Defensora del Pueblo, Beatriz Merino ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso peruano es que no existe una política migratoria en el Perú sino un conjunto de parches sectoriales que hace muy difícil –si no imposible- proteger los derechos de los peruanos en el exterior.  

Las cifras de desempleo, la situación de incertidumbre en materia migratoria y el anhelo de unidad familiar, juegan como factores decisivos para pensar en aquello de "Todos vuelven".  

Siendo así,  si el inmigrante tiene los papeles en orden, puede pensar y hacerse estas preguntas para volver a la casa que abandonó en su país de nacimiento.  ¿Cómo convalido los estudios de mis hijos?  ¿Por cuánto es el impuesto que tengo que pagar para transportar mis cosas de regreso al país?   ¿Dónde puedo encontrar trabajo en mi propio país?   ¿Que me puede pasar después si aquí donde radico soy ilegal?  ¿Que consecuencias me traerá mi actual situación de indocumentado en mi propio país?   Preguntas que, muchas veces, no tienen respuesta.

El Congreso del Perú ha recibido desde mediados de año a defensores de los inmigrantes para tratar estos temas y buscar una salida o escape al problema.  Como resultado, varios congresistas de diferentes bancadas han presentado cuatro (4) proyectos de ley, cuyos contenidos en su redacción son muy similares. (Proyectos de Ley de Incentivos Migratorios 02414/02450/03506/03681)
 
En síntesis, el texto legal propuesto apunta a exonerar de impuestos a todas las personas que decidan volver a su país de origen con sus enseres, menaje y autos –en el caso de personas naturales-, y de equipos, dispositivos, maquinarias y bienes de capital –en el caso de empresarios y profesionales-, además de librar de cargas tributarias (IR) –por lo menos en los primeros dos ejercicios fiscales- a quienes instalen sus negocios con “know how” del país de donde proceden.  Los montos mínimos y máximos en el tema de los bienes van entre US$ 80.000 y US$ 150.000.  Contempla uno de ellos la compra de casas o departamentos exonerados de todo tributo para los jubilados.

Pero ninguno de los proyectos habla de los inmigrantes que quieren volver por su propia voluntad, aunque están entrampados en situación de ilegales.  La pregunta que se hacen es cómo hacer para no retornar al Perú con antecedentes criminales.  Funcionarios de la Cancillería dejan abierta la posibilidad de que Perú pueda firmar acuerdos –como lo ha hecho México- con las autoridades de otro país.  Esto es para los que quieren volver por su propia voluntad antes que los deportes, según los debates de este año en el Congreso.
  
Asimismo, en el texto en referencia se dan facilidades a los estudiantes para que hagan valer en colegios y universidades del Perú  los estudios que cursaron en el país donde estuvieron viviendo hasta antes de la mudanza.   Y, por último, deja abierta la posibilidad de ocupar un cargo público, siempre y cuando el inmigrante demuestre solvencia profesional vía maestrías y doctorados.

Todo esto, vale repetirlo por la seriedad del caso y apego a la verdad, es sólo un conjunto de proyectos por debatir en el Congreso, lo cual no significa que tenga que aprobarse todo o sólo una parte.   Depende de cómo se muevan los defensores de los PERUANOS EN EL EXTERIOR. 

A los peruanos que han decidido quedarse en el exterior, le expreso mis respetos por su fuerza, energía y valor.      Dios es –quién más- la fortaleza que nos vuelve resistentes al sufrimiento, la energía que nos levanta de las cenizas y el valor para dar testimonio de vida dejando una huella de amor, de verdad y de un futuro mejor a nuestros hijos.    Pase lo que pase, encomendemos al Creador nuestro trabajo, nuestra salud y nuestra felicidad siempre en familia, aun en la distancia…

TODOS VUELVEN

SALVATAJE DE PERSONAS, DE FAMILIAS Y DE EMPRESAS
JESUS JIMENEZ LABAN                                                                          

Cuando un inmigrante gana poco, no le alcanza para cubrir sus necesidades primarias de alimentación y alojamiento, , o está en una situación de riesgo porque no puede cubrir la eventualidad de una emergencia médica, entonces esta persona se encuentra en una situación muy delicada. 

Si a ello se suma el hecho de perder el empleo, terminar en la calle tras el embargo y ejecución de su vivienda por no pagar el préstamo y, además, terminar endeudado con el banco y sin casa, entonces la situación de esa misma persona no es grave, sino extremadamente grave.   

Tal situación resulta terrible e inaguantable cuando hay familia –especialmente niños y ancianos dependientes.  Como dicen los testimonios vivos o mudos de estas personas "o comes o pagas".

La crisis financiera internacional arroja cada vez más estos escenarios dramáticos.  Esperamos todos que está tendencia perversa se revierta y que funcionen los programas de salvataje.  Mientras eso no ocurra, millones de inmigrantes peruanos en todo el mundo están expuestos a lo peor.  Es el caso, por ejemplo,  de los inmigrantes que viven en España y en Los Estados Unidos y en menor grado en los países del sudeste asiático, aunque no hay mucha diferencia.

En países de lo que ahora se llama la Europa periférica ha empezado el colapso de las instituciones de caridad.   Es decir, los fondos no alcanzan para cubrir los programas de ayuda social con que se atiende las urgencias de los más necesitados que han perdido empleo, casa y ahorros.   Gente que no acudía a dichos centros, ahora visita por necesidad.   En Estados Unidos, según reportes recientes, un enorme pool de fiscales investiga supuestos abusos en la ejecución de viviendas con hipoteca.  La gente se queja que los bancos –los que están en el letrero- que animaron a los ahorristas a endeudarse con facilidad, son los mismos que ahora quieren deshacerse de ellos, pero eso está en investigación en manos de las autoridades.

Ahora bien, ¿qué pasa con un inmigrante legal que atraviesa por esta situación?   Como conseguir empleo, recuperar la vivienda y generar dinero, se ha vuelto muy difícil –debido a la crisis-, lo que pasa por la cabeza de muchos es volver a su Patria.  Sin embargo, no es fácil porque reengancharse en un trabajo en el país de origen toma mucho tiempo además de una tramitología que debe manejarse con cuidado.   

Hagamos un esfuerzo, ¿qué pasa ahora con un inmigrante indocumentado?  La situación es mucho peor porque si la nueva legislación –como la Ley Arizona y otras que están en el tapete para limitar derecho de fianza (para los que cometen delitos) o privar de nacionalidad a los hijos- permite detener a alguien bajo sospecha de ser ilegal por no poder acreditar su estatus migratorio, éste puede ser interceptado y encarcelado.    Desgraciadamente,  sin amparo de una oficina consular –porque los abogados poco es lo que pueden hacer- el indocumentado va a un centro de migración –que en el práctica es una prisión que le cuesta al Estado US$ 80 por día-  y luego el detenido podría ser puesto en el avión de retorno a su país, dejando a una familia  quebrada en su unidad, sin protección y sin esperanza.

Ningún peruano –sea cual fuera su situación jurídica- ha perdido derechos por haber salido del país.   Como sostienen funcionarios de la Cancillería peruana, la migración ilegal es una falta y no un delito. De manera que lo que haga un diplomático inmediatamente de la detención de un peruano es crucial porque el agente diplomático puede entrar a la cárcel en representación del Estado peruano para que los oficiales de migración respeten los derechos del detenido. 

Nada se podrá hacer si el Congreso no acelera las iniciativas legislativas para sentar las bases de una real política migratoria –que no existe en el Perú-, especialmente en lo referente a las facilidades e incentivos que brindará el Estado peruano a quienes hayan decidido retornar al país, tema que nos ocupará en un próximo análisis. (PL de Incentivos Migratorios  02414/02450/03506/03681)

Claro, escapa a la extensión de este artículo ver todo el panorama.  Pero es importante destacar que se requiere un nuevo accionar de la diplomacia a nivel global en defensa del inmigrante peruano, así como un seguimiento minucioso por parte de las autoridades peruanas sobre la real dimensión del problema migratorio de nuestros connacionales.  Un clamor ciudadanos dentro y fuera de nuestras fronteras es brindar guía y orientación al inmigrante, el mismo que no tiene por qué estar desinformado, sólo un detalle que descuida la Cancillería, según se informó en el Congreso.

viernes, 5 de noviembre de 2010

UNA VOZ CONTRA EL TIEMPO

¿CUAL ES SU ORIGEN, COMO ES SU ROSTRO, DONDE ESTA EL OUTSIDER?

JESUS JIMENEZ LABAN

En realidad nadie ve con claridad quién puede ser el próximo presidente de la República. Lo que sí existe son aproximaciones acerca de una eventual conformación de las bancadas después de las elecciones del próximo año, pero nada definitivo. De manera que saber con seguridad cómo es el rostro del próximo Jefe de Estado, es harto difícil, sobre todo por la previsible gran cantidad de candidaturas en camino de ser registradas por las autoridades electorales.

Lo que quiero decir es que cuando hay muchos candidatos, como se ve para la consulta presidencial, se produce lo que se llama dispersión del voto. A más división del país –catarata de candidaturas-, tanto mejor para aquellos que quieren pescar a río revuelto.

Como acaba de pasar con las elecciones de medio término (a mitad del periodo presidencial) en Estados Unidos, el electorado se divide en varias fuerzas y luego se reagrupa para hacer carga montón al más fuerte. Ahora bien, como consecuencia del desgaste natural del poder, es previsible para muchos que el partido de gobierno tenga un bajón en la aprobación ciudadana y eso se refleje en su futura bancada. Pero, por qué no esperar que el mandatario se retire con alta popularidad tal como pasó con Alvaro Uribe, Michelle Bachelet o Luis Ignacio Lula Da Silva, se preguntan otros.

En cambio, se ve con más claridad y posibilidad en el imaginario popular que las alianzas entre derechas tengan una bancada mayoritaria y que las izquierdas tengan la suya, tal vez un balance del poder.

En este tema no hay nada claro. Lo que sí parece claro es que el mandato del elector, que desde hace mucho no acostumbra dar cheque en blanco al gobernante electo, es no dar con su voto una victoria holgada para que el nuevo Presidente haga un gobierno de diálogo y concertación con sus opositores, sean los de las trincheras conservadores o de los reformadores radicales.

Lo cierto es que la economía se ha apoderado de la política como no podría ser de otro modo. Lo ideal sería que economía y política caminen por cuerdas separadas, pero esto no es tan fácil. La estabilidad económica del Perú –quiérase o no- depende del programa de gobierno que presente el candidato presidencial ganador de estas elecciones generales.

Me resisto a hablar de derecha e izquierda, términos desde hace mucho tiempo anacrónicos, pero me permito la licencia en busca de un mejor entendimiento del lector.

Aunque se quiere negar en muchos sentidos, un plan de izquierda asusta a muchos empresarios e inversionistas–incluyendo excepciones como las de Chile y Brasil-, trauma que no ha sido superado en Perú –salvo mejor parecer- porque a la izquierda se le asocia a las posiciones extremas.

Quizás la derecha no haga derroche de simpatía con las grandes mayorías, pero hombres de negocios –de aquí y de afuera- aplauden su modelo y hasta se muestran ahora inclinados a maquillarlo, insuflarle más vida, o reciclarlo para que los fundamentos económicos del país se consoliden y porque les garantiza contundentemente que no habrá sobresaltos, por lo menos en un período presidencial.

Entonces, entre otros puntos, la economía puede ser la columna vertebral de la campaña si no lo ha empezado a ser ya. Por eso, no extrañaría que existan varias listas presidenciales –de corte conservador- para dispersar el voto y luego reconcentrarlo cuando sea necesario. En la misma medida, más aun en democracia, no tendría por qué la izquierda dejar de trazar su estrategia para recomponerse y proyectarse al país como una alternativa creíble y menos confrontacional con su modelo. Pero las cosas tienden a polarizarse, uno le mira la vena yugular al otro y eso debe evitarse para tener una campaña democrática con altura y sin violencia.

Siendo el Perú un país tradicionalmente de centro, es un hecho que se inquieta por los extremos. Por ello, hemos visto a Ollanta Humala en intentos de dulcificar su presencia en Wall Street –aunque después lo niegue- o a Susana Villarán en coqueteos con Hernando Guerra –precandidato presidencial- que no parece ser de izquierda por el solo hecho de tener familiares cercanos a ella. Y el partido de la estrella –consciente de ese fenómeno- ha visto con frio cálculo totalmente estratégico lanzar a una candidata presidencial extra partidaria, como la economista Mercedes Araoz, muchos creen que es para que el partido de los astros asegure escaños en el Congreso, pero habrá que ver. No tan lejos de la derecha está Keiko Fujimori que, en cierto modo, es la heredera de las reformas económicas que instauró su padre a lo largo de los años 90.

De la ubicación ideológica de las izquierdas se entiende que se disputan el mismo espacio Humala y Villarán, pero lo que no se asimila bien es la ubicación de Luis Castañeda Lossio, que afila cuchillos para enfrentar la fiscalización por la Alcadesa o de Alejandro Toledo, que prefiere usar luces de bengala para distraer la atención y no entrar de lleno a los temas de fondo en la campaña presidencial, quizás porque en política no se de lo que pasa en la guerra, “el que da primero da dos veces”-

Todos los demás candidatos, son una especie pigmeos políticos o que se han convertido en vientre de alquiler político o buscan abrigo en agrupaciones grandes para seguir existiendo. Claro, hay excepciones honrosas que hay que respetar, pero son huérfanos de apoyo popular. Es, eso sí, gente técnicamente muy capaz.

Está visto que la campaña presidencial será mucho marketing, de denuncias y escándalos y al mismo tiempo de sorpresas porque el “outsider” existe y existirá en la medida que las propuestas de uno y otro extremo se desgasten innecesariamente y acaben con la emoción popular de los electores. Entonces, decepcionados y excluidos de un futuro próspero con sus líderes ideales, el lazo de afecto natural puede nacer por un candidato popular, transparente y preparado que, quizás, se parapeta detrás de la clase media –que se ha ensanchado en los últimos años- con un pensamiento de centro y un mensaje popular sin asustar las inversiones ni crear división ni enfrentamientos en las dirigencias populares.

Acuérdense de los antecedentes históricos y por qué circunstancias surgieron de la nada. Si no, recordemos los tres casos emblemáticos –porque no hay más- que son Alfonso Barrantes Lingán, Ricardo Belmont y Alberto Fujimori, cuyas consecuencias para bien o para mal son visibles.

Sea como fuere, es saludable que se fortalezcan los partidos políticos y que se alejen para siempre las intentonas totalitarias. Los partidos políticos son y serán la columna vertebral de la democracia.

COMO SE ENTIENDEN LOS CANDIDATOS CON LA GENTE


COMO SE ENTIENDEN LOS CANDIDATOS CON LA GENTE

JESUS JIMENEZ LABAN

¿No es usted popular? ¿Nadie lo mira? ¿No cae simpático a la gente? Pues bien, puede darse usted un baño de popularidad, saltar al estrellato y alcanzar la ansiada empatía con su electorado. Soy la solución.

Estas, que podrían ser las preguntas y respuestas de un especialista en marketing, no están lejos de la realidad cuando trata de persuadir a un candidato a que se lance al ruedo de la política. El gran tema es saber tocar la tecla en el momento preciso, en el lugar indicado. Y tocar la tecla significa tener dominio en redes sociales, posicionar al candidato en un segmento no por su candidatura, que a nadie le podría importar, sino por sus ideas, sus propuestas y sus soluciones que sí importan a muchos.

Si tocar la tecla es importante, conocer las claves del pentagrama político es vital. Se trata de armar estrategias inteligentes –virales, interactivas, digitales- para generar simpatía –con una idea fuerza reiterativa y clara- en segmentos vinculados a la juventud, las mujeres, la educación, el campo, la burocracia y los institutos armados. Esta es, por supuesto, la fórmula ideal, pero en los hechos cambian muchas cosas. Sea como fuera, palabras más, palabras menos, en las últimas campañas presidenciales los escenarios han estado muy próximos a estos requerimientos.

Cualquier ciudadano que aspire en el Perú a un alto puesto público por elección popular, tiene que repasar los principios del marketing político en su versión más adelantada –la política en la “Second Life”, por ejemplo, teniendo en cuenta que existen –según estadística reciente- 2 millones 500 mil usuarios (sólo el Facebook sin contar Hi5 su competidora) y más de 900 mil usuarios en internet, en aparente desventaja aun frente a los más de 25 millones de televidentes con sus respectivos receptores y otro tanto en la radio.

No hay que olvidar que las redes sociales tiene como atributo la segmentación, es decir, es más fácil llegar a la gente que uno quiere, a diferencia de la TV que llega a todos, pero no todos son relevantes para los objetivos políticos de una campaña de medios.

El candidato presidencial –que busca ahorro, eficacia y llegada al público- sabe que los segmentos que van a decidir su futuro están en las redes sociales –por ahora Facebook, MySpace, Twitter- más que en la noticias de una página web o en un afiche, panel o banner, quedando la radio o la TV para la recta final . Si no es así, ¿por qué los jóvenes para enterarse de lo que pasa a su alrededor ingresan a estas redes?

Sabe también que tiene que hablar en los mismos códigos para entenderse con los jóvenes (tags, banners, push, pool, muro etc.), por lo menos lo suficiente para dejarse ver y entender en internet y desarrollar capacidad de comunicación de ida y retorno entre candidato y electores.

Ciertamente, es la juventud –que escapa al control de los padres que han quedado rezagados en los medios tradicionales- la que navega todo el tiempo en la red.

Está de moda entender en los negocios modernos –mucho de ello lo copia la política- entender que la gente no compra el producto, sino simplemente compra la emoción. Y esto en política tiene un tremendo impacto, sobre todo cuando el candidato aprende a contar su historia, rodearse de testimonios de personas que lo conocen o lo respaldan, decir quién es en realidad y mostrarse siempre sonriente. Hombre o mujer que sonríe, es persona de éxito.

En Estados Unidos ha surgido un fenómeno político que ha puesto a varios senadores en el Capitolio. Se llama “Tea Party”, el partido del té, un conjunto de asociaciones que apoya ideas conservadoras, pero que haciendo uso de las redes sociales evoca momentos emocionantes –la protesta contra el parlamento británico por el impuesto al té, por ejemplo- Claro, quizás no es el ejemplo apropiado, pero nos está indicando sólo una cosa: están haciendo lo que dicta el marketing, vale decir, contar la historia y encarnarse en ellas como herederos.

De alguna u otra forma, la importante es saber qué decir, cuándo decirlo y dónde decirlo. Los otros recursos son estéticos –Ej. la cirugía plástica a la presidenta electa Dilma Rousseff de Brasil para caer más simpática, fresca y dulce- y tecnológicos –técnicas virales que retransmiten los mensajes con una buena base de datos- y estadísticos –sería recomendable que las encuestas no se suspendieran hasta la víspera de las elecciones para que la gente esté segura por quién votar y no tenga una falsa impresión de la realidad.

Por supuesto, todo lo dicho aquí es sólo una parte de la aventura. Aun así, ¿sigue pensando en ser candidato? Parece complicado y enredado, pero si logra entenderse con la gente, la victoria puede estar a la vuelta de la esquina.