RAPIDAS ACCIONES PARA DESINFLAR LA IRA DE LOS PUEBLOS
Jesus Jimenez Laban
¿Por qué si la autoridad de un pueblo trabaja con esfuerzo por la insercion social de los más débiles, la comunidad sale a protestar a la calles? La vida del hombre sería un paraíso si... la gente se comunicara y se entendiera. Pero en muchos casos, uno se comunica y el otro no entiende. Es como si ambas partes hablaran a través de un teléfono malogrado y viniera luego la frustración, la agresión y el conflicto.
¿Por qué a pesar de que un empresario se esfuerza en llevar bienestar a su gente, muchos ven que éste los mira por encima del hombro? El individuo en su dialogo con un grupo social o entre grupos sociales, se comunica entre símbolos comunes. Hay que hablarle a la gente en su códigos, construir significados con los cuales ambas partes se entiendan, siguiendo la conocida teoría de la interacción simbólica. Si no hay construcción de significados el conflicto entre el Perú oficial y el Perú profundo puede ser eterno.
¿Por qué algunas comunidades toman medidas de fuerza sin estar moralmente convencidas de su actitud? Puede darse también el escenario de que una comunidad actúe contrario a lo que piensa para no ser excluida de la piel social que la envuelve, como diría Elizabeth Newman creadora de la teoria del silencio. Entonces, a veces, se necesita de un liderazgo fuerte que genere confianza y credibilidad y deje fluir el lenguaje de la paz.
Es difícil entender el Perú con tantos conflictos juntos por resolver. Aun así es deber ineludible de los dirigentes contener los riesgos para que no deriven en crisis y no se dejen envolver por conflictos con saltos lamentables como los que hemos visto en los últimos años.
Como se ha dicho, las crisis hay que presentirlas, predecirlas y contenerlas. Me inclinaría por la recomendación de Suzanne Zodo de poner oído a lo que se dice en discursos informales, encuestas, entrevistas y grupos de discusión. Lo que habla la gente de la calle es muy importante para tender puentes de diálogo.
Pero no dejaría de lado las sugerencias del profesor William Benoit de la Universidad de Misouri cuando señala que hay que saber cuándo uno pide disculpas y cuando implora perdon porque son actitudes que puede ser interpretadas como hipócritas y no sinceras.
Viendo todo esto en su conjunto el mandato del momento es apaciguar a los publicos, sin olvidar que el público estará tranquilo mientras no se sienta ofendido.
Hay que identificar qué es lo que le gusta a la gente, pero sobre todo -como dice Suzanne Zodo- qué es lo que la enfurece para tender puentes de diálogo y calmar la ira de la gente. Ese diálogo no marchará si no se identifica las áreas de acuerdo para trabajar por un objetivo común.
Una recomendación sana de Coates, Jarat y Heinz es conocer el entorno por todos lados, trazar opciones para evitar daños y quedarse con la solución más práctica y económica.
Aun así, falta tender puentes de diálogo y entender que no es prudente responder con el hígado ni con la improvisación.
Si todo es no es suficiente, hay que volver a empezar para evitar, contener, manejar las crisis y si ocurrieran aprender a capitalizarlas.
Pienso que no hay mal que por bien no venga. De todo lo que pasa en el Perú, algo bueno debe venir para la unión y concordia entre peruanos y extranjeros. Es un gran reto para los gobernantes y dirigentes. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno. Y para lograrlo, como dice Zodo, hay que ser honrado, incluso cuando duele serlo.