viernes, 9 de abril de 2010

LA AGUJA DE LA VERDAD



LA AGUJA DE LA VERDAD ES DOLOROSA
Jesus Jimenez Laban
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El periodista de investigación es un profesional, es un creador de noticias, que hace revelaciones escandalosas, destapes en informes en profundidad. Algunas desatan una respuesta inmediata del Congreso, del Poder Judicial o de la Administración Pública. Por la naturaleza de su trabajo, se aleja del periodista ordinario (reportajes diarios) y del periodismo especializado (opinión, economía, deportes, medio ambiente).
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Por lo general, el periodista de investigación, da a conocer resultados que incomodan o resultan desagradables. La primicia la obtiene no en la redacción sino en su red de contactos. Y es que va más allá del periodismo situacional. Todos sus actos tienden a hacer un escrutinio de las personas –naturales y jurídicas- en penal, administrativo, o civil.
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Los periodistas ordinarios, por muy frescas que tengan sus noticias, se ocupan de hechos del pasado. El periodista de investigación investiga algo sobre lo que va a ocurrir en el futuro. La preocupación que éste tiene por el futuro es lo que lo anima a preparar su reportaje. Por eso se dice que prefiere el futuro al pasado. No necesariamente puede ser una revelación escandalosa. Es competencia del reportero investigador destapar la verdad en nombre del bien común, nunca bajo un interés subalterno. El bien común es su norte. Al poner bajo la atención ciudadana un tema público importante, hace un servicio a la comunidad. Y lo hace aguijoneando a sus telespectadores con la información o el recuerdo de temas omitidos, ignorados o descuidados .
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Aquí algunas de sus revelaciones (casos hipotéticos) a manera de ejemplo:
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-El laboratorio que distribuye medicinas que dañan la salud de los consumidores.
-El personaje político que tiene una alta aprobación ciudadana, pero practica actos reñidos con la Constitución y la ley
- Los operativos policiales en la lucha contra el crimen que se dejan de hacer en los pueblos jóvenes para ahorrar gasolina dando posibilidad de un reparto ilegal entre oficiales y subalternos.
- El inminente peligro de una concesión telefónica que va a perjudicar directamente el bolsillo de los futuros usuarios.
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Cuando todo está en orden o en aparente paz, los periodistas ordinarios o situaciones siguen la corriente de los hechos. El periodista de investigación nada contra la corriente porque ataca el consenso y puede incomodar a todos porque rompe esquemas, toca intereses y aborda temas peligrosos, pero de absoluta y plena actualidad al servicio del bien común. Siempre nada en contra de la corriente. Por eso cuando penetra bajo la superficie y revela que las cosas no son como la gente cree, despierta las iras de quienes se ven tocados en sus intereses.
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El reportero investigador debe investigar los hechos en lugar de seguirlos. No espera que la crisis estalle, la descubre antes de la explosión. Por esto, el periodismo de investigación no es una actividad para principiantes, negligentes o cobardes o débiles de corazón o coimeros. Por consiguiente, todos sus actos esperan la acción oficial de la justicia, el ejecutivo, la alcaldía, el congreso, el ministerio de justicia, Interior, Banco Central de Reserva, así como organismos reguladores y otras instituciones. Vale decir, la denuncia en el aire impulsa a la acción a los funcionarios oficiales.
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Es natural que la riqueza de un periodista de investigación esté en sus contactos, pero curiosamente suele ser un profesional con pocos amigos en un círculo muy cerrado. Producida la denuncia, el destape, la revelación es posible que terminen las invitaciones de la actividad pública y privada para el reportero de investigación. Sin embargo, los hombres públicos, con la careta en el suelo, que actúan así no son elegidos en el próximo gobierno, en la próxima elección, en la próxima prueba de la ciudadanía porque el periodista de investigación ya creo opinión pública buena o adversa, según el caso. Por eso, la aguja de la verdad es dolorosa. Y la democracia quiere acceso más ancho a la transparencia para que nadie diga “algo huele mal”
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Más aún, cuando el periodista de investigación ha promovido dentro de la sociedad grupos de buen gobierno, la democracia y la transparencia quedan fortalecidas por el buen ejercicio de la libertad de expresión. El periodista es neutral, saluda las cosas buenas y critica las malas, pero no toma parte ni en unas ni en otras. Su neutralidad lo libra de la aguja. ¡No te quedes ahí parado! ¡Actúa! ¡Saca el sable del periodismo preventivo! ¡Ayuda a que la democracia se profundice, pon tu grano de arena! ¡Defiende la verdad!