lunes, 11 de octubre de 2010

Gobierno corporativo


ALERTA TEMPRANA EN COMPAÑIAS CON APUROS FINANCIEROS

JESUS JIMENEZ LABAN

Cada vez gana más fuerza la importancia que tiene para una empresa mostrar las cuentas claras sin generar suspicacias. Mejor aún si lo hace de manera voluntaria y no por obligación o porque se lo impongan a la fuerza. Esto es lo que se conoce como buen gobierno corporativo (BGC) tendencia que se ha puesto de moda en las sociedades empresariales locales y extranjeras desde que se formó en Reino Unido el Comité Cadbury en 1992.

Lograr el buen funcionamiento de una empresa es elevar entre un 18 y 20 por ciento el valor de sus acciones por encima de su cotización en el mercado, según la consultora McKinsey. El gobierno corporativo, siguiendo las investigaciones de Enrique Diaz, ex presidente de CONASEV- involucra el cumplimiento de obligaciones, revelación de información y entorno de competencia. Dentro de este contexto, se adecúa fácilmente la Ley General de Sociedades, en lo que se refiere a las funciones de los órganos de administración de las sociedades.

De manera que asegurar una buena comunicación entre directores, accionistas, gerentes, clientes, proveedores y acreedores, es una excelente carta de presentación a los ojos de inversionistas potenciales y de accionistas. Dejarse guiar por códigos, guías y principios - teniendo en cuenta a la magíster peruana Ivanna Loncharich por la Universidad de Minnesota- significa abarcar tres grandes temas: 1. Directorio y gerencias –independencia, remuneraciones y renovación, grupos de interés. 2. Derecho de propiedad -el análisis de acciones, dividendos participaciones- 3. Transparencia –información legal, societaria, económica, financiera.

Los fiascos y los fraudes en empresas como WorldCom, Enron, Lehman Brothers y los escándalos en la industria de fondos mutuos y derivados en Estados Unidos, han hecho que los mecanismos de control sean más celosos y seguros, tal como pasa en Estados Unidos Peru Australia, Brasil, Colombia, Canadá, Francia, Hong Kong, Italia, Reino Unido,

De ahí la importancia que los inversionistas cuenten con alertas informativas ante cualquier eventualidad, pero en la misma medida directorios totalmente autónomos y alejados de grupos de interés. No es el gerente general el que pone los puntos en la agenda sino el directorio el que marca la pauta, algo que muchos confunden u olvidan. La OECD, nos los recuerda Julio Salas Sánchez profesor de la PUCP, le asigna a los directores funciones tales como revisión de estrategia, planes de acción principales, políticas de riesgo, presupuesto, planes de negocio, entre otras, en tanto que la gerencia opera en la representación legal bajo los lineamientos que le da el directorio. Y es que para alcanzar una buena calificación –como dice el especialista Alfonso de los Heros- hay que mostrar no solo una buena inversión y gerencia sino una adecuada administración por medio del directorio.

En el Peru empresas enlistadas en bolsa –AFPs, mineras y bancos que operan en los circuitos bursátiles tanto dentro como fuera del país- conocen desde los comienzos de la década que hay que cumplir la ley Corporate and Auditing Accountability, Responsability and Transparency Act of 2002 (CAARTA) más conocida como Sarbanes Oxley Act of 2002 que alcanza al Peru en sucursales, subsidiarias filiales de empresas estadounidenses, europeas y latinoamericanas que presentan informes a la Comisión de Valores de Estados Unidos (Securities and Exchange Commission (SEC) y a sus sociedades auditoras.

Dentro de este contexto, si es que no se ajustan al nuevo estándar, podrían entrar en problemas las empresas familiares, los grupos empresariales con alta concentración o las compañías que exhiben directores que trabajan para intereses de terceros y no necesariamente de los accionistas. Roque Benavides Ganoza, empresario y gerente general de Buenaventura dice: “Lo de gobierno corporativo y buenas prácticas son términos modernos de lo que nuestros padres nos han enseñado como valores. Respeto hacia sus hermanos, sus madres, sus padres, a no robar, a no ser ocioso, respetar a la gente de la calle. Lleva eso a la empresa y es un gobierno corporativo".

Siendo así, para que los inversionistas duerman tranquilos, la salida es un buen gobierno corporativo que, en esencia, significa, la puesta en práctica de la ética en los negocios y con ello la creación de un clima de seguridad a todas las personas que la forman.