domingo, 1 de junio de 2008

¿EL FIN DE LA COMUNIDAD ANDINA DE NACIONES?

Jesús Jiménez Laban (*)

La Comunidad Andina de Naciones (CAN) es un bonito sueño pero tiene por razones de mezquindades ideológicas enormes vallas para cristalización y plasmación de su visión y misión. Quienes lo integran –Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, después del apartamiento de Chile primero y Venezuela después- hablan mucho pero hacen poco. Y esto, por supuesto, es lamentable porque –para citar a Elsa Cardoso de Da Silva en su obra Democracy and Human Rights in Latin America. “la integración de las naciones es un hecho político que se fundamenta en exigencias históricas, afirmación de la identidad cultural, interdependencia entre Estados para alcanzar equilibrios políticos y económicos entre sí” para construir más rápido el desarrollo y crecimiento de sus pueblos en su lucha contra la pobreza, la exclusión y la marginación del mundo tecnológico.

Ya es inocultable. Existen asimetrías ideológicas entre Bolivia con Ecuador y Colombia con Perú, especialmente cuando hablamos de acuerdos comerciales con Estados Unidos y la Unión Europea (UE). Aunque Colombia ha firmado el acuerdo pero el Capitolio de Estados Unidos no ha ratificado el tratado, en el caso de Perú hay ratificación por ambos Congresos –Perú y Estados Unidos-, lo cual lo ubica en una situación expectante para ingresar con sus productos y servicios sin pago de aranceles desde el 1 de Enero del 2009 a las aduanas estadounidenses como puertos de destino.

Perú necesita flexibilizar la Decisión 486 de la CAN sobre propiedad intelectual –que negocia desde hace cinco meses en la CAN. Hay que recordar que la Decisión 486 –vinculante para el Perú- prohíbe las patentes de plantas o animales que no sean procedimientos no biológicos o microbiológicos. Es evidente el interés internacional de las empresas multinacionales agroquímicas, farmacéuticas, de semillas, entre otras, por realizar prospección en las riquezas naturales y en la utilización del conocimiento tradicional, como norte para sus investigaciones. El profesor César Delgado Barreto, en su libro Introducción al Derecho Internacional Privado nos recuerda que junto con México, Brasil, Madagascar, Malasia, Indonesia y Nueva Guinea, figuran Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela entre los países con mayor biodiversidad en el mundo, es decir, con mayor riqueza en plantas y animales del planeta.

No rigurosamente dentro de este contexto sino por razones ideológicas, Bolivia y Ecuador se oponen al mover el articulados de las 486 como en pasado ocurrió con la decisión 24 en contra de la inversión extranjera, el programa industrial y el Arancel Externo Común. Perú ha expresado su necesidad de una flexibilización de la Decisión 486 por parte de la CAN para ajustarse o adecuarse al Tratado de Libre Comercio firmado con Estados Unidos. El ánimo de la diplomacia peruana es positivo y se cree se pueda resolver el tema de manera favorable para todos, lo cual contrasta con la visión de otros en el sentido que frente a este impase el Perú tendría que apartarse extendiendo la carta de defunción a la Comunidad Andina de Naciones después 40 años de sobrevivencia.

De otro lado, como se sabe, la CAN negocian un acuerdo de negociación y cooperación con la Unión Europea, pero la piedra en el zapato parece ser Bolivia que se resiste a liberalizar sectores enteros de su economía, tales como el gas, los minerales y la agricultura, así como los servicios públicos y la propiedad intelectual, lo que no acepta el bloque europeo. La estrategia que puede funcionar es la geometría variable. Esto significa que si Ecuador y Bolivia no se siente aun listos y preparados, Colombia y Perú pueden ir adelante en este acuerdo comercial con Europa, siguiendo, como dice nuestro Canciller José Antonio García Belaúnde, la misma lógica que el Reino Unido que mantiene su libra esterlina y ha preferido no tomar el euro como moneda oficial.

Inicialmente, el sueño del tratado de libre comercio con la Unión Europea buscaba una decisión conjunta a través de la CAN, pero el bloque económico europeo ve ahora con buenos ojos salir adelante primero con Colombia y Perú, de manera que no habría impedimento para firmar el acuerdo comercial con los europeos porque sus otros socios decidirán cuando y cómo hacerlo sin que la Comunidad Andina deje de existir por desavenencias entre sus miembros o por la reciente creación en Brasilia de la Unión Sudamericana de Naciones, UNASUR, una institucionalidad más grande integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guayana, Perú, Paraguay, Surinam, Uruguay y Venezuela.

Según voceros oficiales, la balanza comercial con la CAN es deficitaria. Exporta menos (US$ 1985 millones) que lo que importa (US$ 2860 millones), predominantemente petróleo, razón por la cual convendría económicamente mas al Perú reforzar ese flanco débil sin descuidar sus relaciones con Estados Unidos un mercado mucho más grande que la subregion.

Siendo así, la voluntad política de la Unión Europea es hacer negocios en conjunto, pero si acaso las circunstancias no resultaran favorables, los mismos políticos han dejado la pasarela libre para que empiecen las negociaciones solos Colombia y Perú, pero antes dependerá del buen tino diplomático que no le falta al Perú.

(*) Es Presidente de la Asociación Civil Centrum Labán, profesor universitario y Consultor en Desarrollo Estratégico

Fuentes:

TRATADO DE UNION DE NACIONES SUDAMERICANAS, Brasilia, Mayo 2008
ENTREVISTA CANCILLER DE PERU, José Antonio García Belaunde, Brasilia, Mayo 2008
INTRODUCCION AL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO, Cesar Delgado Barreto, Pontificia Universidad Católica del Perú, 2002
DEMOCRACY AND HUMAN RIGHTS IN LATIN AMERICA, Elsa Cardoso de Da Silva, West Port CT, Praeger, 2002

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