domingo, 12 de agosto de 2007

CRISIS HIPOTECARIA: ¡CUIDADO CON EL CONTAGIO!

POR CRISIS HIPOTECARIA EL NERVIOSISMO SE APODERO DE MERCADOS
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Por Jesus Jimenez Labán
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El pánico por la crisis hipotecaria en Estados Unidos se ha extendido a los mercados del todo el mundo. El temor a un colapso financiero arrastró a inyectar liquidez al Banco Central Europeo (BCE) y al Banco de Japón (BOJ) para frenar la crisis hipotecaria. Y Reserva Federal de Estados Unidos inyectó el viernes 38.000 millones de dólares, la mayor cantidad de liquidez desde los días posteriores a los atentados del 11 de septiembre del 2001.
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Esta crisis del mercado inmobiliario se parece, como dos gotas de agua, a la situación creada tras la caida del fondo especulativo estadounidense LTCM en 1988 y la quiebra de Enron, en 20002-2003. Ayer como hoy, la Reserva Federal salió al rescate de los corredores bursátiles. Pero, ¿cuánto valen las inyecciones de liquidez de los bancos centrales si éstas "van en direccion opuesta a su discurso de vigilancia de la inflación?, es la pregunta inteligente que se hace la firma de corretaje Global Equities en su análisis de la crisis del sector "subprime" que parece lejos de una solución.
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Aunque algunos analistas se muestran optimistas para no poner más nervioso el mercado, lo cierto es que el sector hipotecario de Estados Unidos ha sufrido un desplome, lo cual resulta inquietante porque puede sobrevenir una recesión económica mundial si el problema de las hipotecas se extienden a otros rubros o sectores de la economía.
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La preocupación por el contagio
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Y esto se debe principalmente a que inversionistas institucionales de todo el mundo han comprado "en paquete" valores vinculados a estas hipotecas en crisis, "subprime" como se les llamada en lengua inglesa.
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La Reserva Federal de Estados Unidos, con Bernanke a la cabeza, ha precisado que el tamaño de la crisis es de aproximadamente unos 100.000 mil millones de dólares. Esta enorme cantidad de billetes se explica en la falta de capacidad de pago de personas que se endeudaron con instituciones financieras y ahora no pueden pagar lo que han prestado, especialmente aquellas que se comprometieron con tasas variables. Nadie pronosticó que el mercado se desplomaría. Y ello dio a pie a que mucha gente, con escasos recursos, se comprometiera a pagar sin éxito hasta tres hipotecas, lo cual ahora desemboca en un freno al consumo.
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Con es usual en la práctica bancaria, primero vienen los problemas de los atrasos. Luego miles de usuarios del sistema financiero americano, pasarán -si no lo han hecho ya- a las ejecución de sus créditos hipotecarios, lo cual significa embargos y otras consecuencias.
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Los primeros efectos de la crisis
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A mi modo de ver, el problema central aquí está en que la fragilidad de este mercado de créditos hipotecarios de riesgo puede condicionar el comportamiento de los 9.500 fondos especulativos en el mundo que mueven, todos juntos, una cantidad oceánica de 1.4 billones de euros. Este es un fenómeno eminentemente sicológico. De hecho, pueden haber invertido poco, pero es suficiente para vender títulos y compensar pérdidas, sobre todo en un mercado nervioso en el cual los clientes comienza a pedir cuentas a los bancos.
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Como los mercados no pueden predecir qué pasará mañana, los inversionistas han preferido tomar precauciones. Por lo pronto, persiste el temor que esta crisis hipotecaria contagie desde Wall Street a las demás bolsas del mundo, incluyendo las emergentes bolsa latinas, desplome que inicialmente afectó la plaza limeña. La Bolsa de Lima registró una pérdida moderada acumulada de 3,19%. El nerviosismo aumentó desde que la división de fondos mutuos de Deutsche Bank, el mayor de Alemania, informó que su fondo ABS, que apuesta a inversiones respaldadas en activos, sufrió una salida de capitales, un día después de que el banco francés BNP Paribas suspendiera temporalmente la devolución del dinero invertido en tres de sus fondos, alcanzados por los problemas del mercado hipotecario de baja calificación de Estados Unidos, algo similar a lo que ocurrió con el no menos poderoso banco de inversión Bear Stearns.
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Esperar, a ver qué pasa
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Por lo menos seis meses habrá que esperar en Estados Unidos para ver claro el panorama, lo cual significa cerrar los creditos a gente de escasos recursos y el consiguiente endurecimiento de los mismos, de manera que será difícil poder comprar una vivienda en Estados Unidos, sobre todo si ese crédito no está debidamente respaldado.
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Hay que recordar que en Estados Unidos los precios de los bienes han subido notablemente, especialmente la energia y los alimentos, pero paralelamente el mercado inmobiliario que hasta hace se poco se había recalentado, ha ingresado rápidamente a un periodo de congelamiento, lo cual se complica con un dólar débil ante al Euro y deprimido frente a la Libra Esterlina.
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El abuso del crédito
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Queda claro que esto ha ocurrido, en cierto modo, porque hubo un abuso del crédito. A manera de reflexión, esta es una dura lección para quienes creen que se puede hacer préstamos blandos o con excesivas facilidades crediticias y recuperar el dinero. No es así. Hay que saber muy bien a quién se presta porque al final pierden todos: la economía del país porque se recesa, el cliente que pierde todo y el inversionista que resultan perjudicadas en un mercado en el que una desaceleración económica arrastraría al resto del mundo, contraería el poder de compra entre los consumidores y haría bajar los tasas de interes de la Federal Reserve Board. Habrá que ver.

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