EL GRAN PROBLEMA DE LA INMIGRACION
JESUS JIMENEZ LABAN
Los casos de asilo son más difíciles que antes para documentar y fundamentar debido a los cambios políticos en Perú. Hoy los casos más numerosos vienen de Colombia, Burma y Venezuela, entre otros.
Por ello, hay gente que es también arrestada y deportada por casos de asilo político. Y es que esto pasa cuando las autoridades rechazan el expediente por falta de pruebas consistentes. No son argumentos convincentes alegar que uno se mantiene en el país con el deseo de dar mejor vida a sus hijos o es casado (a) con un residente legal porque ello no beneficia. El final es que la madre e hijos son deportados en un vuelo comercial.
En el caso de los indocumentados, de ponerse en vigencia la Ley Arizona, ya no habría distinción entre uno y otro caso, documentados e indocumentados podrían tener un mismo tratamiento colectivo, vale decir, la redada, la reclusión y la deportación, si se detecta una situación de complicidad.
En teoría, siguiendo lo que indica el Presidente de Estados Unidos Barack Obama,[1] la prioridad de la agencia de inmigración es enfocarse sobre los indocumentados con antecedentes penales. Lejos de hacer operaciones inteligentes –es decir informarse bien de esos antecedentes- en la práctica las redadas son un fenómeno creciente y ocurren en las estaciones de trenes, en los campos de futbol y en los lugares más frecuentados por peruanos.
Siguiendo a James Gagel, experto en temas de inmigración, el gran problema es que en Estados Unidos no existe un sistema ordenado que permita a la gente entrar legalmente y por un tiempo razonable, más aun después del 11 de septiembre. Hay que aclarar que las visas –una clasificación de 35 tipos- se entregan a personas destacadas en su profesión u oficio. Tal es el caso de mecánicos peruanos calificados para operar motores de avión F 737, pero son 45 millones que piden anualmente visa americana en todo el mundo.
Como se recordará, durante la campaña presidencial el senador John McCain propuso el ingreso anual de 400 mil trabajadores como inmigrantes temporales. Pero el escollo mayor es que los 35 tipos de visas sólo incluyen a profesionales y turistas, entre otros, pero no a trabajadores de oficios. Sólo existen anualmente unos 66 mil espacios para profesionales mientras que la barrera para trabajadores manuales –electricistas, carpinteros, artesanos etc.- es todavía alta. Los sindicatos de trabajadores son un poder enorme en Estados Unidos; son ellos los que levantan la barrera porque parecen temer que sus pares extranjeros sean competencia bajando el costo de sus reparaciones.
Esto explicaría por qué es difícil tocar en el Congreso un tema como el de las migraciones porque para muchos representantes no deja de ser un tema extremadamente candente y polémico. Eduardo Gonzáles Viaña, otro jurista especializado en la materia, cree que “son grupos de americanos pobres, resentidos, ignorantes y racistas a quienes los políticos les temen porque tienen necesidad de apoyarse electoralmente en ellos. Parte de esto se refleja en la opinión pública que apoya la Ley Arizona.
El fenómeno migratorio no es una carga para Estados Unidos. Hay quienes sostienen que son los inmigrantes quienes financian en parte el sistema de jubilaciones con el pago de impuestos por lo que es urgente atender la demanda migratoria. Se estima en US$ 70 mil millones [2]el monto de los aportes de latinos que han quedado en condición suspensiva. Esto quiere decir que dichos aportes no van al fondo de seguridad social, sólo se les descuenta el derecho previsional y se les hace firmar un documento provisional. Y es que los ilegales no tienen número de seguro social (Social Security) porque no están inscritos en los registros.
Por consiguiente, es urgente para Estados Unidos atender la demanda migratoria pues son cada vez más las jubilaciones que deben pagarse con impuestos, que provienen de los propios inmigrantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario