PENSAMIENTO ESTRATEGICO EN UN RESCATE MINERO
JESUS JIMENEZ LABAN
Es indiscutiblemente un milagro que 33 mineros atrapados desde hace más de 2 meses a 622 metros bajo tierra sean rescatados sanos y salvos de la mina de Copiapó en Chile, un récord histórico de permanencia y de supervivencia mundial en las profundidades de una mina. Aunque grupos de geólogos, geo mecánicos, médicos, sicólogos, rescatistas han tenido en cuenta todos los escenarios imaginables y posibles, todavía ronda en el campamento el temor de un hecho imprevisto por lo que es natural que se haya pensado en un plan de contingencia como ocurre en toda emergencia o en toda empresa.
En una hazaña como ésta –que nos hace repasar los conceptos de diseño de proyectos, fundamentos de gestión y de desarrollo estratégico- parece que la prioridad es estar encima de la acción. No quieren los responsables del rescate que escape nada en su visión, misión, metas y objetivos. Por eso, a mi modo de ver no quieren, como es natural que nada falle. Ensayan una y otra vez la estructura –la elección de gente más capaz y con “expertise”, presupuesto, cronograma y estrategia mediática- además de los procesos, la tecnología y el resultado final.
Esto explica la existencia de tres planes en simultáneo. El Plan A, que ha sido detenido. El Plan B, que es que el que se lleva a cabo bajo el nombre de operación San Lorenzo. El Plan C, en la que opera una plataforma petrolera. En otras palabras, se alejan del diseño original del rescate (Plan A), han migrado al Plan B (perforación exitosa con explosión controlada de roca viva, armado de un ducto de 70 cm de ancho y extracción de mineros en 3 u 8 días vía la cápsula de rescate denominada “Fénix” –una jaula que se mueve hacia arriba y abajo por mecanismo de poleas-), pero si acaso esto no fuera suficiente, tienen el Plan C en movimiento, siempre preparados ante la eventualidad, por ejemplo, del desprendimiento de una piedra, aunque el 90 por ciento de la roca está intacta, según fuentes del lugar. El Plan C, aunque contempla más días o semanas, perfora también la roca por otro ducto para llegar al mismo lugar de destino, según los expertos.
Tras finalizar su perforación la maquina T-130, se ha decidido la técnica casing, que es como se llama al “encamisamiento” parcial del ducto que asegura con tubos metálicos –debidamente soldados- las paredes en una longitud de 90 m. Los operadores han preferido no mostrar las imágenes tras la explosión controlada para perforar el tramo final.
Es realmente asombroso como los especialistas han hecho sinergia alcanzado el efecto superior como resultado de juntar voluntades e inteligencias. Inicialmente, me acuerdo que el gobierno llamo a la NASA para que ayude a mantener a los hombres en buen estado físico y mental y aporte conocimiento nuevo sobre salud, agua y alimentación, en tanto que la empresa Geotec reclutó a Jeff Hart y Matt Staffel, dos militares del ejército de Estados Unidos –en combate en Afganistán- para operar la maquina Schramm T-130. Por su parte, los especialistas médicos y sicólogos pusieron lo suyo –antes, durante y después del rescate- en el control del stress, los signos vitales, la depresión y la estabilización de los mineros atrapados. ¡Se me sale el corazón!, dijo uno de ellos.
Cabe destacar la jerarquización con que los especialistas trataron a los trabajadores mineros poco antes de abandonar las honduras del yacimiento minero de San José. Para los efectos del rescate se ha pensado en ocho o nueve grupos de personas (no olvidar que son 33 mineros). Tras una evaluación cada uno de ellos está catalogado o clasificado según su grado de resistencia. De este modo, tripularán primero la capsula los más hábiles, los más vulnerables –con problemas de hipertensión arterial, diabetes y complicaciones pulmonares- de tal manera que los más fuertes quedarán en la saga de la operación de rescate.
De vital importancia resulta el trabajo médico y sicológico –todo ellos con sal y suero en mano- para controlar la ansiedad de los familiares y chequeo de los signos vitales y estado emocional de los mineros en rescate. De este modo, una vez abierta la cápsula los mineros serán trasladados al hospital de campaña en el asiento minero para luego ser evacuados de cuatro en cuatro en helicópteros de las fuerza amada chilena hacia el Hospital de Copiapó, centro de emergencia más cercano al lugar.
Que la gran felicidad continúe, todo el mundo espera que sea tal como lo prevé el presidente chileno, Sebastián Piñera : “una simple tragedia con la ayuda de Dios, se convirtió en una bendición”.