viernes, 22 de febrero de 2008

BASES PARA HACERSE ESCUCHAR EN UN DIALOGO DE SORDOS

DEL CONFLICTO AL DIALOGO
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Por Jesus Jimenez Laban
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¿Quién no ha visto en el Poder Judicial que por unos cuantos muebles viejos familias enteras se trenzan en un pleito eterno? ¿Cómo no recordar los enormes problemas que engendra la diversidad etnica, cultural y politica de los republicas y provincias de Yugoslavia? ¡Ni hablar de la pelea entre autoridades, bloqueo de carreteras en el Sur, incluido el Aeropuerto Velasco Astete del Cusco! ¿Cuántos empleados en un trabajo se han vuelto paranoicos con el despido o el "serrucho" y terminan traicionando a sus propios compañeros de oficina?
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En todo espacio y tiempo, quiérase o no, el hombre es un ser conflictivo.
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¿Que es un conflicto? Hay tantas definiciones como autores para tener claridad meridiana en este concepto. A mi manera de ver, conflicto es choque de intereses entre dos partes que tienen como origen diferentes opiniones y posiciones y falta de transparencia en la información. Por supuesto, no descarto que haya opiniones mejor calificadas. Guillermo Cabanellas lo llama colision de derechos. Boardman y Horowitz definen el conflicto como una incompatibilidad conductas, cogniciones y afectos entre individuos o grupos.
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Pero quisiera insistir en mi definición por estar basada en la experiencia y en la vida diaria. Cualquiera que busque resolver un conflicto, tendrá que ver qué hay detras de ese choque de intereses. Las partes se trenzan en un pleito cuando hay segundas intenciones, uno quiere sacar ventaja del otro o no existe sinceridad en las comunicaciones. La realidad parece decirnos que en toda negociación para alcanzar un acuerdo debemos ponernos en el lugar del otro, poner atencion no en los hechos sino en los contenidos que sirve como base al choque de opiniones e informarse cuanto sea posible acerca a la otra parte con quien se va a negociar.
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De este modo, resolver un problema es alcanzar solucion que contente a ambas partes. Esto pasa por un sinceramiento entre las partes, ser conscientes y tener voluntad real de solución. Una mala negociacion, conviene decirlo, genera despues el rebrote del conflicto.
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Si tuvieramos en cuenta estos puntos fundamentales en el arte de la negociación, antes de caer en la tentación de un juicio largo, oneroso e injusto, alcanzaríamos la paz en justicia en la familia, en los negocios, en la comunidad en general. Esa justicia que hace siglos reclamó Ulpiano: "Justicia es armonia donde cada uno tiene lo suyo"
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Es muy dificil que un conflicto entre dos personas, dos grupos, dos comunidades o dos naciones se resuelva con la sola discusión de ambas partes sobre el tema que origina la controversia. Por lo general, es un tercero -sea mediador, conciliador, arbitro- el que facilita las salidas al enredo entre las dos posiciones. Unas veces, como en la conciliación, facilitando que las partes se pongan de acuerdo. Otras, caso del arbitraje, dar soluciones a las partes; y algunas veces, en el caso de la mediación, ser instrumento de las partes para apagar el conflicto.
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Sin embargo, hay actitudes, gestos y conductas que atascan una negociación cuando una de las partes provoca deliberadamente una reacción colérica -un agravio público-, da órdenes como en la tropa -a la gente no le gusta que la manden, prefiere que le expliquen las cosas- no entiende que un proceso así ambas partes deben quedar contentas -ganas tú, gano yo- de manera que se alcance la armonía por igualdad, dando a cada uno lo suyo? Como apunta Alfredo Quispe Correa, en el acceso a la justicia "se debe buscar que los resultados sean justos" para ambas partes.
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Si se pudiera exibir en una pizarra un comportamiento humano ante un jurado calificador, pierde puntaje el que ataca verbalmente a otro. Se pone en rojo si en lugar de atacar el problema, ataca a la persona. O se complica la vida si subestima al adversario, hace daño y no respeta lo que es suyo.
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Viendo así las cosas, muchos problemas podemos evitar en la vida si somos transparentes, abiertos, comunicativos para darle un enfoque constructivo a nuestros actos, incluso convirtiendo lo bueno en malo, y evitar los malentendidos, negligencia, miedo que son la causa y el efecto de muchos problemas en la sociedad y en el mundo.
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Dialogar, dialogar dialogar, todo el tiempo dialogar no cuesta nada. Hablando se entiende la gente y respetando principios universales podemos alcanzar la justicia, piedra fundamental de la paz.