EL EMPRESARIO Y SU PASADO
JESUS JIMENEZ, presidente de CENTRUM LABAN, la nueva frontera en inversiones, negocios e información
Si vemos de manera objetiva las cosas, ser empresario en el Perú es hacer una obra con gran sacrificio. No es fácil empezar. Quienes lo logran y se mantienen, tampoco la ven fácil.
Si no es la crisis económica, es la circunstancia de que se afecte, por algún motivo, su propiedad. Algunos dicen que los ataques empiezan no cuando suben al éxito sino en el camino les quieren cortar las piernas.
El empresario tipo de Perú está traumado. Ha sufrido a lo largo de casi toda la República baches en la democracia, cuartelazos y golpes de estado, lo cual no lo ha dejado, algunas veces, desarrollar una visión de largo plazo.
Quiérase o no, el empresario vive un círculo virtuoso desde las reformas económicas de Fujimori -antes no se conocía una etapa larga de estabilidad- sin que ello quite lo malo a la referida Administración en otros aspectos como derechos humanos.
Pero el empresario peruano es desconfiado, cauto y de corto plazo. Muchas veces el gerente general lidia con el dueño porque existe un encuentro de visiones. Se requiere, para superar tiempos traumáticos, un espíritu de resiliencia muy grande para hacer país y generar confianza para que el país desarrolle y crezca siguiendo los estándares internacionales, entre ellos la lucha contra el cambio climático.
Sea como fuere parece que este perfil de empresario migra de los Chicago Boys de Friedman a la Responsabilidad Social y Valor Compartido de Michael Porter.
Lo veo y lo compruebo.
Es realmente gratificante ver a empresarios que se preocupan por el Cambio Climático. En la toma aparecen dos empresarios con quienes alterné en un hotel de Lima y conversamos de todo un poco.
Se trata de Henry Le Bienvenu, Gerente General de Perú 2021 y de Carlos Loret de Mola, vinculado a la minería y ahora responsable del sector público para la COP 20 - Naciones Unidas.
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