¿CUAL ES LA NOTA PARA EL PRIMER AÑO DE GESTION DEL GOBIERNO?
JESUS JIMENEZ LABAN
El Balance del primer año del gobierno: Julio 2011/Julio 2012
Por cierto, un tema obligado en comisiones legislativas, en el foro, en los pasillos judiciales, entidades de las administración pública, así como en el empresariado, los sindicatos, en las salas de prensa y hasta en las conversacones de cafe.
Salvo mejor parecer, a mi modo de ver, sin considerar las secuelas trágicas de los conflictos sociales, lo más saltante es que se ha manejado con responsabilidad la política económica y se espera menos ruido político en los próximos meses para mejorar el clima de inversiones, aunque otros discrepen con este pronóstico.
En cierto modo, de ahí parte todo. Que haya tranquilidad en las familias sin que vean desbordado el presupuesto de sus hogares. Que las inversiones operen sin sobresaltos ni postergaciones y que el crecimiento económico asegure la incoporación de más peruanos al sistema productivo para que abandonen la pobreza.
A juzgar por las vigas maestras de la nueva gestión del nuevo gabinete que encabeza Juan Jimenez Mayor hacen prever será un periodo de fortalecimiento del diálogo y de solución de conflictos, de desentrampamiento de proyectos de inversión, de nuevos esfuerzos por combatir la inseguridad ciudadana y el crimen organizado y la lucha contra la corrupción junto con efectivos policiales mejor entrenados y remunerados.
Como se ha dicho, lo que necesita el país es concebir, diseñar y ejecutar un mega plan de crisis que articule todos los conflictos potenciales dentro de una cultura de prevención. Es decir, un tratamiento predictivo de los riesgos, crisis o conflictos para ser resueltos no de manera improvisada -ponerse en accion cuando el problema estalla- sino de manera proactiva, pensando en soluciones y caminos con mucha anterioridad.
Si ya se sabe que la gran mayoría de conflictos se derivan de recursos naturales -mineria, gas y petroleo- ¿qué esperamos para construir una matriz de riesgo país?
Por consiguiente, me parece que el mensaje del presidente Ollanta Humala debiera contemplar el largo plazo para no perder de vista el horizonte. No basta diagnosticar el presente y predecir los riesgos y oportunidades inmediatos o mediatos. También es bueno hacer prospectiva desde ahora.
Si bien es cierto hay problemas delicados en la corto plazo -el desanudamiento de los 240 conflictos y otros problemas coyunturales-hay temas prioritarios que merecen ser tenidos en cuenta tales como la infraestrucutura -puertos, aeropuertos, carreteras, telecomunicaciones etc- para ensanchar las espaldas productivas del país junto con una reforma del estado para los negocios del Estado vayan de la mano con los negocios privados, es decir, marchen a la misma velocidad en un pais de cara a la globalización que se perfila como potencia económica a lo largo del siglo XXI.
Por supuesto, que la educación, la desnutrición infantil y la salud deben mejorar sus presupuestos cuidando que el dinero no se vaya como el agua por el caño. Para ello hay que capacitar nuevos cuadros gerenciales en la administración pública, desarrollar nuevas habilidades en los lideres regionales y locales y luego enseñar a administrar los recursos con menos gente y en menos tiempo y con menos gasto, según opiniones calificadas y con sustento técnico.
Me parece que el salto exponencial que requiere el país empieza por mejorar la calidad de la educación y la eficiencia de la cobertura de salud. Los inversionistas ven con buenos ojos -con más competitividad a un país- una población educada y sana, pero al mismo tiempo conectada a la innovación tecnológica y la investigación aplicada.
No cabe duda, las reformas economicas que se han profundizado no se contraponen con la ayuda a los pobres.
Los programa sociales Beca 18, Juntos, Cuna más, Pension 65 entre otros pueden seguir su curso, pero, como dice el ministro Luis Miguel Castilla el problema no es la falta de recursos sino de gestión y la mentalidad con la cual se ejecutan.
De otro lado, no hay que olvidar que el gran foco está en el desarrollo económico, la redistribución de la riqueza, la igualdad de oportunidades y la educación para el autoempleo de los pueblos. Sin educación no hay futuro.
Tampoco sin ciencia y tecnología.
Sin embargo, el peor error en el plano político sería iniciar una caza de brujas. No olvidar que el perseguido se convierte simpre en la victima. Y eso sería un retroceso en todo lo avanzado. Lo que se necesita, más bien es diálogo con tolerancia y sentido de futuro.
Si se tratara de priorizar las cosas, la hercúlea tarea que le toca al gobierno cumplir en este nuevo periodo, sería combatir el crimen organizado con una nueva visión y al mismo tiempo fortalecer el estado de derecho como garantia de democracia, de libertades, de respeto a los derechos humanos y el respeto y cumplimiento de las leyes.
Siguiendo las opiniones de los representantes de gremios empresariales, la evaluación del gobierno no es mala en su primer año de gestión. Lo que pasa es que está manejando conflictos heredados y la gente pierde la paciencia muy rápido, pero eso no quita la oportunidad de seguir soñando y haciendo cosas que redunden en bienestar de todos: la lucha contra la corrupcion, la seguridad y la estabilidad económica.
Sinceramente, me gustaría escuchar del presidente Ollanta Humala nuevos anuncios para consolidar al Perú en la pista del siglo XXI, lo cual significa insospechadas oportunidades en el mercado, entrenamiento feroz de los cuadros empresariales peruanos, modernizacion de infraestructura, y posibilidades de inversiones a gran escala que podran aumentar considerablemente el ingreso per capita en menos de una decada, generar empleo decente, respetar los estandares internacionales y ampliar el abanico de opciones comerciales y profesionales con dinero más barato y dar un paso hacia adelante para mejorar aun más nuestro grado de inversión. Así sea.
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