lunes, 8 de noviembre de 2010

TODOS VUELVEN

SALVATAJE DE PERSONAS, DE FAMILIAS Y DE EMPRESAS
JESUS JIMENEZ LABAN                                                                          

Cuando un inmigrante gana poco, no le alcanza para cubrir sus necesidades primarias de alimentación y alojamiento, , o está en una situación de riesgo porque no puede cubrir la eventualidad de una emergencia médica, entonces esta persona se encuentra en una situación muy delicada. 

Si a ello se suma el hecho de perder el empleo, terminar en la calle tras el embargo y ejecución de su vivienda por no pagar el préstamo y, además, terminar endeudado con el banco y sin casa, entonces la situación de esa misma persona no es grave, sino extremadamente grave.   

Tal situación resulta terrible e inaguantable cuando hay familia –especialmente niños y ancianos dependientes.  Como dicen los testimonios vivos o mudos de estas personas "o comes o pagas".

La crisis financiera internacional arroja cada vez más estos escenarios dramáticos.  Esperamos todos que está tendencia perversa se revierta y que funcionen los programas de salvataje.  Mientras eso no ocurra, millones de inmigrantes peruanos en todo el mundo están expuestos a lo peor.  Es el caso, por ejemplo,  de los inmigrantes que viven en España y en Los Estados Unidos y en menor grado en los países del sudeste asiático, aunque no hay mucha diferencia.

En países de lo que ahora se llama la Europa periférica ha empezado el colapso de las instituciones de caridad.   Es decir, los fondos no alcanzan para cubrir los programas de ayuda social con que se atiende las urgencias de los más necesitados que han perdido empleo, casa y ahorros.   Gente que no acudía a dichos centros, ahora visita por necesidad.   En Estados Unidos, según reportes recientes, un enorme pool de fiscales investiga supuestos abusos en la ejecución de viviendas con hipoteca.  La gente se queja que los bancos –los que están en el letrero- que animaron a los ahorristas a endeudarse con facilidad, son los mismos que ahora quieren deshacerse de ellos, pero eso está en investigación en manos de las autoridades.

Ahora bien, ¿qué pasa con un inmigrante legal que atraviesa por esta situación?   Como conseguir empleo, recuperar la vivienda y generar dinero, se ha vuelto muy difícil –debido a la crisis-, lo que pasa por la cabeza de muchos es volver a su Patria.  Sin embargo, no es fácil porque reengancharse en un trabajo en el país de origen toma mucho tiempo además de una tramitología que debe manejarse con cuidado.   

Hagamos un esfuerzo, ¿qué pasa ahora con un inmigrante indocumentado?  La situación es mucho peor porque si la nueva legislación –como la Ley Arizona y otras que están en el tapete para limitar derecho de fianza (para los que cometen delitos) o privar de nacionalidad a los hijos- permite detener a alguien bajo sospecha de ser ilegal por no poder acreditar su estatus migratorio, éste puede ser interceptado y encarcelado.    Desgraciadamente,  sin amparo de una oficina consular –porque los abogados poco es lo que pueden hacer- el indocumentado va a un centro de migración –que en el práctica es una prisión que le cuesta al Estado US$ 80 por día-  y luego el detenido podría ser puesto en el avión de retorno a su país, dejando a una familia  quebrada en su unidad, sin protección y sin esperanza.

Ningún peruano –sea cual fuera su situación jurídica- ha perdido derechos por haber salido del país.   Como sostienen funcionarios de la Cancillería peruana, la migración ilegal es una falta y no un delito. De manera que lo que haga un diplomático inmediatamente de la detención de un peruano es crucial porque el agente diplomático puede entrar a la cárcel en representación del Estado peruano para que los oficiales de migración respeten los derechos del detenido. 

Nada se podrá hacer si el Congreso no acelera las iniciativas legislativas para sentar las bases de una real política migratoria –que no existe en el Perú-, especialmente en lo referente a las facilidades e incentivos que brindará el Estado peruano a quienes hayan decidido retornar al país, tema que nos ocupará en un próximo análisis. (PL de Incentivos Migratorios  02414/02450/03506/03681)

Claro, escapa a la extensión de este artículo ver todo el panorama.  Pero es importante destacar que se requiere un nuevo accionar de la diplomacia a nivel global en defensa del inmigrante peruano, así como un seguimiento minucioso por parte de las autoridades peruanas sobre la real dimensión del problema migratorio de nuestros connacionales.  Un clamor ciudadanos dentro y fuera de nuestras fronteras es brindar guía y orientación al inmigrante, el mismo que no tiene por qué estar desinformado, sólo un detalle que descuida la Cancillería, según se informó en el Congreso.

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