EL NUEVO BALANCE DEL PODER
JESUS JIMENEZ LABAN
Las elecciones legislativas que acaban de celebrarse en Estados Unidos arrojaron resultados a las 3 horas del cierre del proceso electoral, usaron el voto electrónico como soporte tecnológico y el voto anticipado como facilidad al elector para que emita su voto. Dicho de otro modo, el conteo fue rápido y casi totalmente digital, la gran mayoría estuvo habilitada a emitir su voto electrónico y mucha gente pudo votar con anterioridad al día de las elecciones.
Pase a que en el país del norte el voto no es obligatorio, el elector se levantó desde muy temprano a ejercer el acto de sufragio tal como se vio entre miles de residentes legales latinos en los 50 Estados de la Unión. En cierto modo, el interés latino normal por sufragar llega en promedio a 65 por ciento, pero poniendo el interés en las migraciones ese porcentaje se eleva a 80 por ciento, según estudios privados.
Aun así, vale aclarar que es una constante histórica perder elecciones a mitad de periodo, de manera que es normal que al calor de las elecciones presidenciales del año 2012 aparezcan los primeros rostros de la oposición del Presidente Obama. Ellos son Rolando Rubio en Florida, exiliado cubano que ganó un escaño en el senado, junto con Rand Paul en Kentucky, uno de los hombres más influyentes en Washington con papeletas republicanas pero con los ideales del Tea Party, el partido del té.
El Tea Party, un conglomerado de asociaciones con ideas ultraconservadoras, se autoproclama heredero del motín del té de Boston de 1773, el primer pistoletazo hacia la guerra de independencia estadounidense con el que los republicanos se verán ahora forzados a trabajar.
Claro, puede haber sorpresas en los próximos dos años, pero aún se mantiene –como llama viva- la reelección del presidente Barack Obama, sobre todo si logra aprobar e implementar la reforma migratoria y resucitar la economía americana. Habrá que ver qué pasa desde ahora hasta el 2012.
Los resultados de las elecciones se dan en una circunstancia muy particular en la cual ha surgido el Tea Party, un movimiento independiente que captó votos a favor de varios candidatos republicanos sin ser partido político. En la práctica, esta estrategia dividió al electorado, pero al final éste se reagrupó, apoyando fuertemente a varios candidatos republicanos que son ahora senadores.
La campaña legislativa tuvo un sabor anti hispano de manera que para muchos la nueva conformación del Capitolio es el reflejo de ello. Vistas así las cosas, no parece creíble la idea de que se apruebe una gran reforma migratoria como se espera entre cientos de miles de hispanos.
Muchos creen que si los latinos se agrupan de manera más organizada y racional, podrían convertirse en fuerza decisoria en las elecciones presidenciales por la reelección del presidente Barack Obama frente a una coalición tipo partido Republicano – Tea Party (que no quiere saber nada con los hispanos, aunque diplomáticamente lo nieguen) o algo que se les ocurra a los republicanos como estrategia política a último momento.
Queda, pues, claro que la estrategia de separarse para reagruparse ha funcionado y rendido frutos. Sin embargo, seguirá jugando un rol estratégico –junto con el fenómeno migratorio- la situación económica delicada de muchos estadounidenses. Es como si el mandato del elector hubiera dicho a la Administración “menos marketing y más hechos a favor del bolsillo popular” Para la mayoría esto es lo que va importar en las elecciones del año 2012.
Las elecciones del 2 de Noviembre de 2010 se dieron un día antes de que la Reserva Federal aprobara un gran estímulo a la economía –maquinazo se llama en el Perú- que afectará con inflación, según se dice, a las economías emergentes- en un mundo que se debate en medio de crisis financiera, burbuja bursátil y tasas de interés.
Similar situación, aunque en otra proporción, se vive en Europa amenazada por la caída del Euro. Francia, luego de demorar dos años más el inicio de jubilación, acaba de despedir a 100.000 trabajadores estatales, 40 mil profesores y 50 mil militares. España muestra 20 por ciento de desempleo y tiene 1.2 millones de familias sin recursos financieros, en tanto que Portugal, Grecia e Irlanda hacen ajustes impopulares para no perder la confianza de los inversionistas.
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