DISCURSO DE DR. ENRIQUE BEDOYA SANCHEZ CON MOTIVO DE IMPOSICION DE MEDALLA DE ORO POR LA UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS, FACULTAD DE ADMINISTRACION
Abril 2007
Señoras y Señores, estimados colegas:
Les agradezco cálidamente esta inmerecida distinción académica. Permítanme decirles cuánto valoro este gesto excepcionalmente generoso y de aliento frente a las responsabilidades que he asumido con humildad en los venerados pasos en el estrecho y empinado camino de la educación peruana.
Me encuentro hoy ante todos ustedes, profundamente consciente del tremendo reto que tenemos en estas circunstancias difíciles los maestros ante la sociedad en su conjunto en un momento de cambios enormes en el mundo entero. Para ilustrar mi fe en el Futuro, he reflexionado alrededor de algunas iniciativas audaces que considero fundamentales para los tiempos que veo venir, pero aun así serán siempre incompletas si todos juntos no colocamos visión, valor, eficiencia, competencia e integridad para encaminarnos firmemente hacia el siglo XXI.
Quisiera decirles que he observado directamente el elevado nivel de conocimientos especializados que existen en la ciencia y la tecnología, asumiendo un papel cada vez más mundial la gerencia de la diferencia.
Pues bien, a comienzos de este mes, investigaciones científico tecnológicas realizadas en Israel encontraron la forma de lanzar un minúsculo robot equipado con una miniatura de cámara de televisión de tal manera que esta pudiera navegar a través de la columna vertebral del cuerpo humano para transmitir imágenes de video o fotografías. Esta realidad que parece confundirse con la ciencia ficción, hará posible dentro de tres años poder viajar a través de las arterias de un ser humano, lo cual es una proeza de la ciencia y la tecnología en el combate de enfermedades que no tienen cura.
No hace mucho, me llamo poderosamente la atención un descubrimiento -que seguramente se publicara en la poderosa e influyente revista Science- y que tiene que ver con situaciones que hasta hace poco solamente la ciencia ficción de Jurassic Park las hacia entendibles y atendibles. Un estudio de la Universidad de Harvard contradice nada menos que las teorías actuales sobre la fosilización. Se creía que el material orgánico sobrevivía mas de un millón de años, pero los científicos han logrado hace poco extraer colágeno de huesos de un dinosaurio con 68 millones de años de antigüedad.
De la misma forma, quienes defendemos el alargamiento de la vida de la tierra, estamos preocupados por las consecuencias del calentamiento global. Alguien empezó a dar la idea de migrar del uso de las fuentes de energía tradicionales -petróleo, gas y carbón que envenenan el ambiente- a los bio-combustibles, usando en su elaboración cana de azúcar maíz y sorgo para la fabricación del cotizado etanol, con lo cual se puede producir una nueva revolución industrial.
Sin duda, con el compromiso y sabiduría de pensadores eminentes como en los casos antes descritos, el futuro depende también de la ciencia y la tecnología. Aunque no se conoce todavía hacia donde exactamente apuntan las nuevas tendencias de la educación del siglo XXI, estoy seguro que su nuevo paradigma descansara en enseñar a las nuevas generaciones a crear valor, comunicarlo, capturarlo y emplearlo en beneficio de la sociedad.
Siguiendo al profesor Rajiv Lal de la Universidad de Standford, el reto es “crear valor, comunicar valor y tratar de capturar valor”. Esto que se aplica a las empresas es también aplicable a la educación. Pero hay algo más –en nuestro campo-, el saber convencer a los clientes de que lo que nosotros ofrecemos es valioso.
Con este conocimiento, a mi modo de ver los paradigmas del modelo educativo están cambiando en todo el mundo: la universidad no produce empleados, produce emprendedores. Lo afirma nuestro colega Jorge Yutronic, flamante rector de la Universidad de Las Ameritas. De hecho, el paradigma antiguo empieza a no tener sentido para abrirse paso un nuevo perfil de profesionales con capacidad de emprendimiento y diagnostico.
La clave esta en formar –dentro de ese espíritu de emprendimiento- “gestores, profesionales que sepan inventar su trabajo, proponer ideas y alcanzar acuerdos hacia una participación mas contractiva en la sociedad”. Ciertamente, se trata de un nuevo concepto de educación para un futuro viable que compromete a todos: estados, cooperación internacional, mundo de los negocios y de la industria, la comunidad académica e instituciones financieras internacionales.
Dicho de otro modo, lo que cala hondo es el emprendedorismo, vale decir, necesitamos una educación no solo para generar buenos profesionales que encuentran rápido empleo. Se requiere también que estos profesionales desarrollen sus habilidades para generar ideas rompedoras, contenidos nuevos e iniciativa creativa como combustible hacia los cambios positivos que espera la sociedad.
Un componente importantísimo de este nuevo paradigma es el liderazgo en gestión. Se requiere hombres íntegros, transparentes e impecables para asegurar la gestión de los negocios del futuro. Quienes no tienen esto en mente -no se ponen de acuerdo en la nueva configuración del siglo XXI-, habrán perdido inexorablemente el tren de la historia.
Queda claro, pues, que los paradigmas están hechos para ponerlos a nuestro servicio, pero, como todo en la vida, tienen un plazo de extinción. Este es el nuevo tiempo de un gran paradigma que descanse en la capacidad de hacer caminar las cosas en tiempo record, marcar la diferencia para ser exclusivo en el producto o servicio y gente arriesgada que apuesta por un futuro de cambios asentado en una filosofía de responsabilidad social.
¿Que debemos hacer entonces? No descuidar la calidad del producto. No bajar la guardia en la calidad educativa. El usuario naturalmente busca productos buenos y buen precio. Últimamente, sin embargo, esta tomando fuerza la imagen de marca de las instituciones, campo en el cual muchas organizaciones han invertido mucho dinero. La marca propia marcada por la calidad y no la copia por una imitación mal entendida es el grito del momento.
En la inauguración de nuestro año académico, nos referíamos hace poco a la importancia de no imitar. Ninguno llega a ser grande imitando, se ha dicho con frecuencia. A mi modo de ver, esto es cierto porque sabido es que no funcionan las estrategias en nuestros mercados cuando las trasladamos de manera idéntica de países desarrollados.
La especialización se explica en el mismo fenómeno de los mercados. Pero marcar la diferencia implica abordar el tema en dos dimensiones. En lo funcional, muchas cosas parecen ser iguales pero son diferentes en su contenido siendo la estrategia un componente importante.
En lo emocional, hablando en términos de marketing, estamos obligados a dirigirnos a las emociones de la gente, comunicar esas emociones y saber entender como estas emociones se convierten en toma de decisiones –si se hablamos en términos académicos- y en impulsos de compra, si hablamos en términos estrictamente de mercado.
Alcanzar la especialización y marcar la diferencia. Tal es, pues, una necesidad moral y estratégica. Y me complace inmensamente decirlo en esta importante ceremonia de inauguración del Año Académico Lectivo 2007 de la Unidad de Post Grado de la Facultad de Ciencias Administrativas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos porque en esta aulas también se habla de urgencia de una nueva sociedad que requiere de mas gestores, mas emprendedores e innovadores, a partir del liderazgo y la integridad moral de sus profesores y alumnos.
Es cierto que todo de una vez es imposible cambiar. Sin embargo, podemos progresar en ciertos espacios, preparando el camino para avanzar en muchos mas como el servicio a la sociedad, la innovación científica y tecnológica y la ética en los negocios.
Esto no será posible si desde ahora no promovemos un dialogo intenso y continuo en la gestión de conocimiento, aprendiendo de todos. Dicho de otro modo, hoy más que nunca debemos trabajar todos juntos con mente abierta y transparencia, flexibilidad e integridad para sentar las bases de la nueva educación mas humana y competitiva, viga maestra del desarrollo de los pueblos. Trabajemos todos juntos con tolerancia, comprensión, espíritu de enmienda y mejora continua, aprendiendo de los aciertos y los errores intelectuales. ¡TIENEN EL DERECHO DE ESPERAR LO MISMO DE MÍ!
Gracias nuevamente.
Abril 2007
Señoras y Señores, estimados colegas:
Les agradezco cálidamente esta inmerecida distinción académica. Permítanme decirles cuánto valoro este gesto excepcionalmente generoso y de aliento frente a las responsabilidades que he asumido con humildad en los venerados pasos en el estrecho y empinado camino de la educación peruana.
Me encuentro hoy ante todos ustedes, profundamente consciente del tremendo reto que tenemos en estas circunstancias difíciles los maestros ante la sociedad en su conjunto en un momento de cambios enormes en el mundo entero. Para ilustrar mi fe en el Futuro, he reflexionado alrededor de algunas iniciativas audaces que considero fundamentales para los tiempos que veo venir, pero aun así serán siempre incompletas si todos juntos no colocamos visión, valor, eficiencia, competencia e integridad para encaminarnos firmemente hacia el siglo XXI.
Quisiera decirles que he observado directamente el elevado nivel de conocimientos especializados que existen en la ciencia y la tecnología, asumiendo un papel cada vez más mundial la gerencia de la diferencia.
Pues bien, a comienzos de este mes, investigaciones científico tecnológicas realizadas en Israel encontraron la forma de lanzar un minúsculo robot equipado con una miniatura de cámara de televisión de tal manera que esta pudiera navegar a través de la columna vertebral del cuerpo humano para transmitir imágenes de video o fotografías. Esta realidad que parece confundirse con la ciencia ficción, hará posible dentro de tres años poder viajar a través de las arterias de un ser humano, lo cual es una proeza de la ciencia y la tecnología en el combate de enfermedades que no tienen cura.
No hace mucho, me llamo poderosamente la atención un descubrimiento -que seguramente se publicara en la poderosa e influyente revista Science- y que tiene que ver con situaciones que hasta hace poco solamente la ciencia ficción de Jurassic Park las hacia entendibles y atendibles. Un estudio de la Universidad de Harvard contradice nada menos que las teorías actuales sobre la fosilización. Se creía que el material orgánico sobrevivía mas de un millón de años, pero los científicos han logrado hace poco extraer colágeno de huesos de un dinosaurio con 68 millones de años de antigüedad.
De la misma forma, quienes defendemos el alargamiento de la vida de la tierra, estamos preocupados por las consecuencias del calentamiento global. Alguien empezó a dar la idea de migrar del uso de las fuentes de energía tradicionales -petróleo, gas y carbón que envenenan el ambiente- a los bio-combustibles, usando en su elaboración cana de azúcar maíz y sorgo para la fabricación del cotizado etanol, con lo cual se puede producir una nueva revolución industrial.
Sin duda, con el compromiso y sabiduría de pensadores eminentes como en los casos antes descritos, el futuro depende también de la ciencia y la tecnología. Aunque no se conoce todavía hacia donde exactamente apuntan las nuevas tendencias de la educación del siglo XXI, estoy seguro que su nuevo paradigma descansara en enseñar a las nuevas generaciones a crear valor, comunicarlo, capturarlo y emplearlo en beneficio de la sociedad.
Siguiendo al profesor Rajiv Lal de la Universidad de Standford, el reto es “crear valor, comunicar valor y tratar de capturar valor”. Esto que se aplica a las empresas es también aplicable a la educación. Pero hay algo más –en nuestro campo-, el saber convencer a los clientes de que lo que nosotros ofrecemos es valioso.
Con este conocimiento, a mi modo de ver los paradigmas del modelo educativo están cambiando en todo el mundo: la universidad no produce empleados, produce emprendedores. Lo afirma nuestro colega Jorge Yutronic, flamante rector de la Universidad de Las Ameritas. De hecho, el paradigma antiguo empieza a no tener sentido para abrirse paso un nuevo perfil de profesionales con capacidad de emprendimiento y diagnostico.
La clave esta en formar –dentro de ese espíritu de emprendimiento- “gestores, profesionales que sepan inventar su trabajo, proponer ideas y alcanzar acuerdos hacia una participación mas contractiva en la sociedad”. Ciertamente, se trata de un nuevo concepto de educación para un futuro viable que compromete a todos: estados, cooperación internacional, mundo de los negocios y de la industria, la comunidad académica e instituciones financieras internacionales.
Dicho de otro modo, lo que cala hondo es el emprendedorismo, vale decir, necesitamos una educación no solo para generar buenos profesionales que encuentran rápido empleo. Se requiere también que estos profesionales desarrollen sus habilidades para generar ideas rompedoras, contenidos nuevos e iniciativa creativa como combustible hacia los cambios positivos que espera la sociedad.
Un componente importantísimo de este nuevo paradigma es el liderazgo en gestión. Se requiere hombres íntegros, transparentes e impecables para asegurar la gestión de los negocios del futuro. Quienes no tienen esto en mente -no se ponen de acuerdo en la nueva configuración del siglo XXI-, habrán perdido inexorablemente el tren de la historia.
Queda claro, pues, que los paradigmas están hechos para ponerlos a nuestro servicio, pero, como todo en la vida, tienen un plazo de extinción. Este es el nuevo tiempo de un gran paradigma que descanse en la capacidad de hacer caminar las cosas en tiempo record, marcar la diferencia para ser exclusivo en el producto o servicio y gente arriesgada que apuesta por un futuro de cambios asentado en una filosofía de responsabilidad social.
¿Que debemos hacer entonces? No descuidar la calidad del producto. No bajar la guardia en la calidad educativa. El usuario naturalmente busca productos buenos y buen precio. Últimamente, sin embargo, esta tomando fuerza la imagen de marca de las instituciones, campo en el cual muchas organizaciones han invertido mucho dinero. La marca propia marcada por la calidad y no la copia por una imitación mal entendida es el grito del momento.
En la inauguración de nuestro año académico, nos referíamos hace poco a la importancia de no imitar. Ninguno llega a ser grande imitando, se ha dicho con frecuencia. A mi modo de ver, esto es cierto porque sabido es que no funcionan las estrategias en nuestros mercados cuando las trasladamos de manera idéntica de países desarrollados.
La especialización se explica en el mismo fenómeno de los mercados. Pero marcar la diferencia implica abordar el tema en dos dimensiones. En lo funcional, muchas cosas parecen ser iguales pero son diferentes en su contenido siendo la estrategia un componente importante.
En lo emocional, hablando en términos de marketing, estamos obligados a dirigirnos a las emociones de la gente, comunicar esas emociones y saber entender como estas emociones se convierten en toma de decisiones –si se hablamos en términos académicos- y en impulsos de compra, si hablamos en términos estrictamente de mercado.
Alcanzar la especialización y marcar la diferencia. Tal es, pues, una necesidad moral y estratégica. Y me complace inmensamente decirlo en esta importante ceremonia de inauguración del Año Académico Lectivo 2007 de la Unidad de Post Grado de la Facultad de Ciencias Administrativas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos porque en esta aulas también se habla de urgencia de una nueva sociedad que requiere de mas gestores, mas emprendedores e innovadores, a partir del liderazgo y la integridad moral de sus profesores y alumnos.
Es cierto que todo de una vez es imposible cambiar. Sin embargo, podemos progresar en ciertos espacios, preparando el camino para avanzar en muchos mas como el servicio a la sociedad, la innovación científica y tecnológica y la ética en los negocios.
Esto no será posible si desde ahora no promovemos un dialogo intenso y continuo en la gestión de conocimiento, aprendiendo de todos. Dicho de otro modo, hoy más que nunca debemos trabajar todos juntos con mente abierta y transparencia, flexibilidad e integridad para sentar las bases de la nueva educación mas humana y competitiva, viga maestra del desarrollo de los pueblos. Trabajemos todos juntos con tolerancia, comprensión, espíritu de enmienda y mejora continua, aprendiendo de los aciertos y los errores intelectuales. ¡TIENEN EL DERECHO DE ESPERAR LO MISMO DE MÍ!
Gracias nuevamente.
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