viernes, 9 de noviembre de 2012

EL MOMENTO DE LA UNIDAD

EL MOMENTO DE LA UNIDAD

JESUS JIMENEZ LABAN

En cualquier momento de la historia del Peru siempre veremos lo importante que fue la unidad para que el pais no sufra. Este es el momento de la unidad.

Permítaseme expresar mi preocupación por el problema numero uno del país: no existe mayoría parlamentaria, lo que debería subsanarse con puentes de dialogo, coordinación y entendimiento entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo.

En la historia peruana del siglo XIX, los primeros trazos históricos de la institución presidencial fueron delineados por Bolívar, Salaverry, Gamarra y Castilla.

Es último fue el más sagaz y con agallas para eliminar el caos del caudillismo local. Como se recuerda en la historia, con la fuerza de las armas, todos los que vencieron en la Batalla de Ayacucho, terminaron siendo presidentes, aunque efímeros, por corto tiempo.

Obviamente, el caudillismo existia porque no habia una clase politica fuerte que diera coherencia y forma al poder del Estado.

¿Qué faltó entonces? Una coraza politica con que defender la estabilidad de los gobiernos. Entonces como ahora se requiere urgentemente el fortalecimiento de los partidos políticos para cerrar el acceso a aventuras de quienes no creen en la democracia, de uno y otro extremo.

En la historia más reciente, todos los esfuerzos constitucionales están orientados a solucionar la inestabilidad política que trajo el parlamentarismo bajo el paraguas de la Constitución de 1933.

¿No se acuerdan acaso los peruanos cuando la oposición se entretuvo derribando gabinetes durante el primer gobierno de Fernando Belaunde Terry?

En efecto, en el primer gobierno de Fernando Belaunde, se presentó un problema de falta de mayoría parlamentaria La oposición se entretuvo en derribarle ministros. Pero no llego al extremo de imponerle, como apuntan constitucionalistas, al presidente del Consejo de Ministros, pero sí hubo un gabinete "conversado" con la llegada de Owaldo Hercelles, según historiadores y constitucionalistas

Por estos excesos, el constituyente decidió quitar un poco de poder al parlamentarismo en la Constitución de 1979 y en mayor medida con la Constitución de 1993. El objetivo mayor fue blindar al presidente contra apetitos del poder.

No es una exageración afirmar que en razón de este refuerzo que se dio en la Carta Magna al Poder Ejecutivo, el presidente puede observar leyes para que se vuelvan a deliberar en el pleno. Puede incluso disolver el Congreso, tras la caída de dos gabinetes.

Pero el modelo mixto que hay en el Perú (entre el presidencialista -que es distinto del régimen parlamentario-) requiere de mayoría parlamentaria para no volver a los excesos, a no ser que haya voluntad de cohesión política por la salud de la Democracia.

Un régimen semi presidencial, como el que tenemos, es imposible si no hay colaboración entre el Presidente y el Parlamento.

La estabilidad del régimen semipresidencial depende del hecho de que el gobierno posea una mayoría parlamentaria, En ausencia de ella, habrá graves problemas (Duverger).

La estabilidad de un régimen no depende de la cantidad de votos que recibió el candidato en las elecciones ni del tiempo que tengan que gobernar. Jose Luis Bustamante y Rivero llegó al poder en 1945 con más del 50%, pero la historia registra lo que pasó. En ese entonces, un presidente gobernaba 6 años, periodo que fue acortado a 5 años desde 1979.

¿De que depende la estabilidad? El constitucionalista Enrique Bernales dice que depende del "subdesarrollo político, de la falta de hábitos de civismo, de la fragildad de las instituciones y su incapacidad para movilizarse a favor de la democracia".

Por eso es buena la oxigenación del régimen. Las reelecciones inmediatas están prohibidas. No hay reelección para un periodo presidencial inmediato para evitar que el poder se convierta en omnipotente y abusivo.

Las cosas no están por puro gusto. Tiene un por qué están como están. Por eso, de vez en cuando es importantísimo para todos volver a leer la historia.

El país se va hacer grande en la medida que mejore la calidad de la política y cuando ésta se refleje en la calidad de las leyes. Será grande cuando las expectativas de los ciudadanos estén a la altura de las instituciones y cuando se desarrollo el espíritu cívico por los fundamentos que dieron nacimiento a nuestro país: la libertad, la igualdad esencial de todos los hombres, su derecho a la "busqueda de la felicidad", el consentimiento de los gobernados como única fuente del poder.

Sin mas preámbulos, hay que decirlo claro y alto: lo que necesita la Democracia es unidad. Sí, estoy firmemente convencido, ¡este es momento de la unidad!

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