COMO EVITAR QUE LOS JEFES LE LLAMEN LA ATENCION EN LA ADMINISTRACION PUBLICA
JESUS JIMENEZ LABAN
Muchos coinciden en la superespecialización cuando hablan de introducir mejoras en la Administracion Pública. Quizás, olvidan que tan importante como aquello es conseguir una mejor comunicación entre público interno y externo teniendo en cuenta la importancia de la estadística, el vencimiento de los plazos y cumplimiento del cumplimiento de las resoluciones, el acceso a la información y desarrollar una buena estrategia de comunicaciones para evitar la desinformación sobre hechos que conciernen a la propia dinámica administrativa.
La capacitacion del personal a mi modo de ver, debería estar centrado en el desarrollo de competencias presentes y en desarrollo de competencias futuras –lo cual implica evaluación de desempeño potencial para ocupar puestos clave- y el manejo de control de riesgo administrativo para evitar en lo posible fallas.
De este modo un desarrollo de competencias presente asegura el desempeño transparente ahorrativo y eficaz del puesto, en tanto que las competencias futuras son las cualidades y habilidades que debe desarrollar el servidor público para un ascenso y asunción de las nuevas más importantes responsabilidades dentro de una línea de carrera. El manejo de los riesgos debe necesariamente descansar en la casuística de cada entidad.
De otro lado, hay que tener en cuenta los derechos de los administrados entre ellos el ser atendido por estricto orden de llegada, respeto y consideración, acceso a información (horarios, dependencias, organigrama y procedimientos), lo mismo que los deberes tales como abstenerse de hacer pretensiones ilegales, declarar hechos contrarios a la verdad o solicitar actuaciones meramente dilatorias.
Ahora bien, las entidades pueden convocar a comparecer a su sede al personal si la ley lo establece así. Cuando sea necesario, en caso de comparecencia el personal debe acudir con la compañía de un asesor, especialmente en la etapa de audiencia pública, una formalidad esencial.
Existen principios generales –legalidad, celeridad, buena fe, de conducta procedimental, entre otros- que operan como blindaje de los actos administrativos. Pero aun así esto no es suficiente. Por tanto en un procedimiento administrativo, el servidor público debe cuidar de la competencia, las abstenciones para no estar expuesto a recusaciones. Por ejemplo, si es familiar, ha sido testigo o perito en el proceso, tiene amistad íntima, enemistad manifiesta, conflicto de interés o es subordinado.
Se trata, pues, de capacitar y entrenar a los funcionarios y servidores públicos para perfeccionar, afinar o fortalecer su poder de decisión y asegurar velocidad, ahorro y eficiencia en su desempeño, de tal manera que con nuevas herramientas, tácticas y métodos se reduzca el impacto de nulidad y anulabilidad de los actos administrativos, derivados de desviaciones de la naturaleza, los fines y los procedimientos predeterminados en la Administración Pública.
No hay comentarios:
Publicar un comentario