Jesús Jiménez Labán (*)
No puedo ocultar que estoy enormemente sorprendido por la estrategia política seguida por el candidato demócrata Barack Obama, senador por Illinois en estas primarias que –quiérase o no- han movilizado a decenas de millones de personas, cosa nunca antes vista en los últimos tiempos electorales de Estados Unidos. Y digo que estoy sorprendido porque Obama hace dos años no existía, por decirlo así, en la política grande, de manera que su ascenso meteórico dice mucho de su capacidad como profesor universitario y hombre de leyes para persuadir, comunicar sus ideas y transmitir al pueblo estadounidense un mensaje por el cambio y la esperanza.
Además tiene de su parte a inmensas legiones de jóvenes. Son ellos los que lo han encaramado en una posición expectante en su carrera hacia la Casa Blanca. A mi modo de ver esto es relevante porque los contenidos de su discurso político hasta hoy ensayado en las primarias no podrán cambiar fácilmente en lo que resta de la campaña fuerte sin riesgo de perder el apoyo juvenil. Tengo la impresión que el mundo ve a Obama como una esperanza de paz poniendo un acento multilateral en su política exterior por el diálogo, aunque en Europa del Este, según los últimos sondeos, Obama tiene más aceptación que en Asia, Africa y América Latina que empieza a preguntarse acerca de las consecuencias para los acuerdos comerciales en la region en la eventualidad de que llegue al Salon Oval. Entrar en sintonía fina con los jóvenes preocupados por la guerra y la economía con un dólar débil, un petróleo por las nubes y ejecución masiva de hipotecas, ha sido también determinante en el abrumador apoyo de la juventud.
Después de esto, tenemos el nuevo uso de las tecnologías de información en política. Aquí quisiera detenerme un poquito. Recordemos que después de la prensa escrita, la radio fue el medio por excelencia para hacer propaganda política a comienzos del siglo XX. Fue desde mediados de los años 50 que la televisión en blanco y negro atrapó a millones de nuevos televidentes, lo cual empujó a los políticos más encumbrados del momento –Truman, Einsenhower, Kennedy, Ford, Nixon- a estudiar y dominar las nuevas técnicas de comunicación para llegar desde un set de televisión con la misma efectividad y calidad que un discurso desde una plaza pública. Pues bien, el turno ahora es de Internet, a tal punto que no habrá político en el futuro que pueda ganar elecciones sin el uso de la red. A esto se conoce con varios términos –tele democracia, democracia electrónica, ciberdemocracia- pero en esencia –siguiendo al científico político Ted Becker- la democracia digital combina la tecnología con la deliberación.
Ahora bien, es difícil en política rodearse de activistas. Obama lo ha logrado y son ellos quienes han habilitado Internet de tal manera que les reportara a favor del candidato 220 millones de dólares que fueron captados en pequeños aportes de manos de sus millones de simpatizantes que pusieron en la red dinero electrónico con cargo a sus tarjetas de crédito. Se dice que, citando como fuente a Carl Bernstein, analista político CNN- representantes y asesores de ambos candidatos se reunieron para estudiar salidas sobre cómo ayudar a Clinton a pagar la deuda de campaña por 10 millones de dólares.
Sin embargo, el problema de Obama no es racial sino mediático. Aunque en la suspensión de su campaña la señora Clinton expresó su respaldo al aspirante demócratas, lo cierto es que tendrá que hilar fino para que las huestes de, unos 18 millones de votantes, no migren hacia el partido republicano. Nadie es dueño de las voluntades de la gente, recuerda el profesor Roberto Izurieta de la Universidad George Washington. De manera que Obama no tiene mas tiempo que perder para iniciar la reconstrucción de los puentes rotos y la cicatrización de las heridas de una innecesariamente larga campaña sea con otros senadores o gobernadores, sea con su ex contendora como miembros de su formula presidencial. Era una ilusión pensar en resultados concretossi ambos marchan en direcciones opuestas dentro de los muros demócratas. Demás esta decir que Obama tiene el voto juvenil y que Clinton no podría, como acabamos de ver, decidir un endoso con el voto blanco, judío e hispano. La prensa ha recordado las peleas internas que protagonizaron en 1968 los candidatos y senadores demócratas McCarty y Kennedy, hermano de John F. Kennedy, lo cual plantea ahora la necesidad urgente de comunicación en lugar de más confrontación.
Es aun temprano para hacer pronósticos, pero no hay que olvidar que el contendor republicano, John Mc Cain, senador por Arizona, aun no ha jugado, de manera que tarde o temprano empezará a afilar cuchillos para dar la pelea en esta maratónica y difícil contienda electoral. El escudo de defensa de Obama, según Michael Tomasky, editor de The Guardian, sería obligar a McCain a un deslinde en la guerra de Irak y la posibilidad de mantener el recorte de impuestos a la riqueza. No se necesita tener una bola de cristal para afirmar que los resultados de la campaña serán una decisión de millones de estadounidenses que no quiere más guerra y que vive insegura por el futuro de la economía americana y el rumbo que tomará su país en el mundo. Votar por un cambio será ir ese camino, aunque cualquier cosa puede pasar. Habrá que ver.
No puedo ocultar que estoy enormemente sorprendido por la estrategia política seguida por el candidato demócrata Barack Obama, senador por Illinois en estas primarias que –quiérase o no- han movilizado a decenas de millones de personas, cosa nunca antes vista en los últimos tiempos electorales de Estados Unidos. Y digo que estoy sorprendido porque Obama hace dos años no existía, por decirlo así, en la política grande, de manera que su ascenso meteórico dice mucho de su capacidad como profesor universitario y hombre de leyes para persuadir, comunicar sus ideas y transmitir al pueblo estadounidense un mensaje por el cambio y la esperanza.
Además tiene de su parte a inmensas legiones de jóvenes. Son ellos los que lo han encaramado en una posición expectante en su carrera hacia la Casa Blanca. A mi modo de ver esto es relevante porque los contenidos de su discurso político hasta hoy ensayado en las primarias no podrán cambiar fácilmente en lo que resta de la campaña fuerte sin riesgo de perder el apoyo juvenil. Tengo la impresión que el mundo ve a Obama como una esperanza de paz poniendo un acento multilateral en su política exterior por el diálogo, aunque en Europa del Este, según los últimos sondeos, Obama tiene más aceptación que en Asia, Africa y América Latina que empieza a preguntarse acerca de las consecuencias para los acuerdos comerciales en la region en la eventualidad de que llegue al Salon Oval. Entrar en sintonía fina con los jóvenes preocupados por la guerra y la economía con un dólar débil, un petróleo por las nubes y ejecución masiva de hipotecas, ha sido también determinante en el abrumador apoyo de la juventud.
Después de esto, tenemos el nuevo uso de las tecnologías de información en política. Aquí quisiera detenerme un poquito. Recordemos que después de la prensa escrita, la radio fue el medio por excelencia para hacer propaganda política a comienzos del siglo XX. Fue desde mediados de los años 50 que la televisión en blanco y negro atrapó a millones de nuevos televidentes, lo cual empujó a los políticos más encumbrados del momento –Truman, Einsenhower, Kennedy, Ford, Nixon- a estudiar y dominar las nuevas técnicas de comunicación para llegar desde un set de televisión con la misma efectividad y calidad que un discurso desde una plaza pública. Pues bien, el turno ahora es de Internet, a tal punto que no habrá político en el futuro que pueda ganar elecciones sin el uso de la red. A esto se conoce con varios términos –tele democracia, democracia electrónica, ciberdemocracia- pero en esencia –siguiendo al científico político Ted Becker- la democracia digital combina la tecnología con la deliberación.
Ahora bien, es difícil en política rodearse de activistas. Obama lo ha logrado y son ellos quienes han habilitado Internet de tal manera que les reportara a favor del candidato 220 millones de dólares que fueron captados en pequeños aportes de manos de sus millones de simpatizantes que pusieron en la red dinero electrónico con cargo a sus tarjetas de crédito. Se dice que, citando como fuente a Carl Bernstein, analista político CNN- representantes y asesores de ambos candidatos se reunieron para estudiar salidas sobre cómo ayudar a Clinton a pagar la deuda de campaña por 10 millones de dólares.
Sin embargo, el problema de Obama no es racial sino mediático. Aunque en la suspensión de su campaña la señora Clinton expresó su respaldo al aspirante demócratas, lo cierto es que tendrá que hilar fino para que las huestes de, unos 18 millones de votantes, no migren hacia el partido republicano. Nadie es dueño de las voluntades de la gente, recuerda el profesor Roberto Izurieta de la Universidad George Washington. De manera que Obama no tiene mas tiempo que perder para iniciar la reconstrucción de los puentes rotos y la cicatrización de las heridas de una innecesariamente larga campaña sea con otros senadores o gobernadores, sea con su ex contendora como miembros de su formula presidencial. Era una ilusión pensar en resultados concretossi ambos marchan en direcciones opuestas dentro de los muros demócratas. Demás esta decir que Obama tiene el voto juvenil y que Clinton no podría, como acabamos de ver, decidir un endoso con el voto blanco, judío e hispano. La prensa ha recordado las peleas internas que protagonizaron en 1968 los candidatos y senadores demócratas McCarty y Kennedy, hermano de John F. Kennedy, lo cual plantea ahora la necesidad urgente de comunicación en lugar de más confrontación.
Es aun temprano para hacer pronósticos, pero no hay que olvidar que el contendor republicano, John Mc Cain, senador por Arizona, aun no ha jugado, de manera que tarde o temprano empezará a afilar cuchillos para dar la pelea en esta maratónica y difícil contienda electoral. El escudo de defensa de Obama, según Michael Tomasky, editor de The Guardian, sería obligar a McCain a un deslinde en la guerra de Irak y la posibilidad de mantener el recorte de impuestos a la riqueza. No se necesita tener una bola de cristal para afirmar que los resultados de la campaña serán una decisión de millones de estadounidenses que no quiere más guerra y que vive insegura por el futuro de la economía americana y el rumbo que tomará su país en el mundo. Votar por un cambio será ir ese camino, aunque cualquier cosa puede pasar. Habrá que ver.
(*) Consultor en Desarrollo Estratégico y Presidente de la Asociación Civil Centrum Laban
Fuentes:
Tele Democracy, Ted Becker por Robert Gilman, 1984
Carl Berstein, premio Pulitzer, CNN, Junio 2008
Roberto Izurieta, profesor, Entrevista, Universidad George Washington, 2008
Michael Tomasky, The Guardian, Junio 2008
Fuentes:
Tele Democracy, Ted Becker por Robert Gilman, 1984
Carl Berstein, premio Pulitzer, CNN, Junio 2008
Roberto Izurieta, profesor, Entrevista, Universidad George Washington, 2008
Michael Tomasky, The Guardian, Junio 2008
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