Noexiste, de hecho, satisfación más grande que expresar siempre solidaridad, sensibilidad y los mejores deseos de hacer las cosas que hay que hacer para llegar primero con ayuda a los damnificados de un terremoto. El espíritu de unión entre hermanos no se hizo esperar con los damnificacos de Pisco, casi totamente en ruinas, Chincha, aislada del mundo, e Ica, lugares donde el terremoto se sintio con 8 grados en las Escala de Richter y más de 300 réplicas, sin respetar iglesias, centros educativos y hospitales que se desplomaron encima de fieles, niños y pacientes.
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