TORMENTA EN WASHINGTON: UN GENERAL DE CUATRO ESTRELLAS EN UN CASO CON MUCHAS LAGUNAS
JESUS JIMENEZ LABAN
Cuando recibí en mi blackberry una alerta del Washington Post sobre la renuncia del Jefe de la CIA David H. Petraeus, por haber mantenido una relación extramatriomonial, me pareció importante por tratarse de un héroe de la Guerra de Irak y un general de cuatro estrellas que estuvo al mando de las tropas de la coalición internacional en Afganistán.
Pero cuando leí que el caso había conmocionado Washington y enloquecido las redacciones de los principales diarios del mundo, me interesé aun más en el caso como tema de discusión para uno de los cursos que dicto en la universidad, entre ellos Riegos y Crisis. Reúne para estos efectos todas las características de un caso internacional.
Analizando el tema, la historia tiene varios ángulos, pero también lagunas. He preferido apoyarme en las contradicciones que ve Eugene Robinson, uno de lo más respetados analistas del Washington Post, las que quisiera considerar para entender mejor el caso
Me parece justa la idea que el mayor escándalo que hay en este caso en el aspecto familiar es el "affair" que tuvo el general Petraeus, brillante, valiente, dedicado y experto, pero un poco envanecido, como lo describe el mismo Robinson.
Entonces surgen en él preguntas cómo éstas. De haber sido revelado antes del 6 de Noviembre, día de las elecciones, ¿podría esto haber afectado el resultado electoral?
¿Cómo es que un caso como éste no se informó a las autoridades de justicia? ¿No es acaso obvio cuando Clapper, autoridad en inteligencia, lo supo, debio informar al presidente y recomendar algo sobre el futuro del general?
Sigamos con las preguntas de Robinson que aparecen en su columna de opinión ¿Cómo es que el general Petraeus usó un seudónimo a través de una cuenta abierta de Gmail para tener correspondencia con Broadwell? ¿No conocía éste que es fácil detectar a una persona cuando quiere aparecer como anónima con sólo conocer la direccion IP o la data de ubicación?
Como se sabe, es Paula Broadwell la mujer que aparece involucrada en este "affaire", a quien Petraeus supuestamente conoció en la Universidad de Harvard mientras ella hacia estudios para un doctorado, según reporte en primera plana del Washington Post.
Según otros reportes, Broadwell es ademas teniente coronel de la reserva, escritora, deportista, investigadora asociada a Harvard Center for Public Leadership y candidata al doctorado en el Departamento de Estudios sobre la Guerra en King´s College, Londres, además de graduada en 1995 de West Point Academy con títulos en Geografía Política e Ingeniería de Sistemas.
Su esposo, Scott R. Broadwell, es un prominente doctor en Charlotte, Carolina del Sur, y la pareja tiene dos hijos.
Al parecer por un ataque de celos, esta dama, Paula Broadwell, le habría enviado correos amenazantes o intimidantes a Jill Kelly, amiga de la familia de Petraeus, segun fuentes familiarizadas con la situación.
Claro, no se los enviaba abiertamente, sino a través de una cuenta anónima. Pero, segun se informan fuentes allegadas a la víctima, Kelly sabía que los correos eran de ella, algo que la prensa llama acoso.
Kelly, que también es casada, "contactó a un amigo quien trabaja como agente del FBI en Tampa, donde ella vivió. Eso habría eventualmente forzado a la decisión de reuncia del general en retiro.
Los investigadores que siguieron la pista de Broadwell creyeron en un inicio que los e-mails de Petraeus estaban siendo enviados por alguen que habia jaqueado la cuenta del director de la CIA.
Luego Broadwell (40), 20 años menor que el general, reconoció ante agentes del FBI el affaire con Petraeus.
En algun punto, Kelly le habria dicho a Petraeus sobre los mails y mencionado a Bradwell como la persona que los envió.
Por información reciente del Washington Post el general le habria pedido a Paula que pare el acoso.
Pero ¿quién es Jill Kelly (37)? Es una persona muy conocida en Tampa y muy activa en organizaciones que apoyan causas militares, mantuvo una correspondencia con Petraus que causó que Broadwell le enviara los correos indignados.
Se conoce poco acerca Jill Kelley a quien se ha llamado "la otra mujer", pero ésta puede ser una curiosa inocente, dicen analistas serios.
Un comunicado de la familia Kelley pide respeto para su privacidad, sin comentar si Jill tuvo una relación sentimental con el general.
Todo es un misterio que plantea también la interrogante. ¿Es que no tenía mejor destreza un jefe espía para proteger su vida privada?
El adulterio puede ser un crimen, según el reglamento militar estadounidense, pero en la CIA es considerado un asunto de seguridad nacional. Puede llegar el extremo, segun analistas, que un oficial de inteligencia puede ser objeto de chantaje. Pero no está considerado como crimen.
Maricruz Magowan, una académica, graduada en la Universidad de Washington dice de manera precisa lo que pasó en el entorno de este caso con muchas lagunas:
“Se descubrió precisamente al día siguiente de saberse el resultado de las elecciones y días antes que el general testificase ante el congreso sobre Bengazi, y ahora, junto con el escándalo, indican que Petraus no declarará esta semana”.
¿Obligará el Congreso norteamericano a testificar a Petraeus acerca de Benghazi en una fecha posterior, a pesar de que ha renunciado a su puesto de trabajo? Habrá que ver
Pero hay para la comunicación de riesgos y crisis varias lecciones. Una gestión muy rápida que indica estrategias oportunas para evitar que el rumor se expanda. La importancia de decirlo todo. No tiene sentido en un mundo tan mediático esconder las cosas. "Digalo todo, no oculte nada". Si no lo hace, la prensa encontrará la información, así sea en un tacho de basura. Por eso, es relevante la sinceridad del general de admitir lo que pasó. Y por supuesto, parece que tras la gestión de la crisis, muchos olfatean una supertormenta. Habrá que ver.
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