lunes, 14 de mayo de 2012

¡¡NECESITAMOS UN SANTO QUE JUNTE A PERRO, PERICOTE Y GATO!!


¡¡NECESITAMOS UN SANTO QUE JUNTE A PERRO, PERICOTE Y GATO!!
Jesus Jimenez Laban

¡Alto! Esto es lo que podría pensar el ciudadano cuando ve que los partidos perdedores en las últimas elecciones quieren gobernar. Y para escribir esto vale aclarar que el suscrito no tiene nexo con el gobierno sino con los principios democrático.

Si no es creible esta versión, habría que recordar los mensajes numerosos que ha construido la oposición. Tal vez con buena intención, tal vez con consecuencias no previstas, pero ahí están los hechos objetivos y redondos. 

Y el pentagrama del momento, siguiendo a analistas que son ácidos críticos del gobierno, es crear el ambiente de una crisis con lo cual el Perú tendría un tercer gabinete en ocho meses. Algo sin precedentes, independientemente de las "metidas de pata", de la incompetencia y falta de reflejos de las autoridades para atacar el problema de la seguridad, enfocado ahora en el VRAE. 

Pero tras la crisis no sólo habrá nuevos ministros -que saldrán como resultado de la puja existente entre intereses fuertes, egún se comenta- sino la posibilidad de un opositor de asumir el liderazgo en el Congreso. 

De acuerdo a los analistas, el primer slalom sería hacer rodar las cabezas de los ministros, incluyendo el Primer Ministro. Luego, creado el ambiente necesario para el propósito final, dar el salto a la presidencia del Congreso. Nadie se opone a que así sea porque cierto es también que hay una o dos cabezas visibles para el cargo y son de carrera política muy honrosa, pero lo que se cuestiona es la forma como loa hace oposición, algo que vendría a confirmar aquello que la "política es sucia". 

O sea, si esto fuera así, los mensajes son emitidos por los operadores políticos y recibidos por los comunicadores que a su vez retransmiten los hechos tal cual serruchándole el piso al cualquier pretendiente de titiretero porque trastoca los principios de información y de voluntad del elector en una democracia.

A nadie, con cinco dedos en la frente, se le ocurriría emprenderla contra el aparato mediático, los comunicadores, matar al mensajero. Claro, resultaría fácil decir ¡que los ministros reaccionen en el acto si hay razones de hecho y de derecho tal como contempla la Constitución!. Pero estos, salvo mejor parecer, no pueden ser tan malos como para ser cambiables tres veces. 

Y lo digo con absoluto respeto a la posición discrepante y opuesta, pero se entenderá que en el Perú necesitamos un Santo que junto a perro, pericote y gato. Pensar antes de actuar, serenidad, parece lo más recomendable. Los partidos políticos son la columna vertebral de una democracia, pero de ellos requiere el país en su conjunto para salir juntos de esta crisis. 

Parece que queda claro que si hay una tercera caída de un gabinete, habrá una cuarta y una quinta. Y ahí sí, eso generará inestabilidad política, afectará la gobernabilidad país, mala señal para las inversiones y para el riesgo país.

La oposición es gravitante para un país. Es necesaria la crítica, la investigación, la lupa de aumento puesta en hechos de corrupción. ¡¡Cómo no abrir las puertas a la oposición en estos términos!!. Eso es oposición constructiva, todo lo demás es peor en un momento en que la crisis internacional es muy preocupante. 

Pero los ojos están puestos en el VRAE, un problema heredado desde hace 20 años. Aqui, si hablamos sin apasionamiento o direccionamiento político, la nueva Administración está asumiendo el activo y el pasivo de lo que se ha hecho y no se ha hecho en 20 años, según los análisis recientes.

Como es una política de estado, ¿se puede juntar todos en una mesa para alcanzar soluciones efectivas? ¿Por qué no lo hacen fuera del ruido del parlante? Independientemente de las nuevas medidas -politica de activos, empoderamiento y acercamiento a la población, mejoramiento de precios, presencia del estado y ayuda internacional etc- hay que reconstruir un VRAE para la vida desde adentro con crecimiento y desarrollo de la gente de adentro. 

Todo cambiará si la población comprueba en los hechos que lo que dice el mensaje oficial es cierto. Hay muchas cosas en que pensar y en qué hacer. Detras del arbol, hay todo un horizonte.

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