Se ha dicho que el Perú es como el retrato de un hombre maltratado en su niñez. Tiene traumas que dificilmente puede olvidar, especialmente por los años de violencia que vivió durante las décadas 80-90 (Ver CVR y otros documentos que recomienda la Iglesia).
Por eso, por aquellos momentos de muerte y dolor, hay temas sensibles y trascendentes tales como los Derechos Humanos, que dividen a uniformados y un sector de la izquierda. Por cierto, división de puntos de vista, enfoques, opiniones, ópticas sin que eso quite la importancia al respecto de los derechos fundamentales inherentes a la persona humana, más allá del estado.
Los derechos fundamentales siempre han estado vigentes en los pueblos civilizados y ahora cobran fuerza en el mundo (Ver lucha por la democracia en China, Iran, Cuba etc.) En el Perú de ahora, sea por casualidad o por estrategia, el ojo del lector debe darse cuenta que de un tiempo aca -desde la abortada inscripcion en Movadef en los registros electorales- se han desencadenado una serie de temas, propuestas, denuncias, demandas -tanto de una como de la otra parte-refrescando en la memoria algunos hechos que despiertan pasiones y defendiendo cada parte lo que cree justo.
Y esta reactualizacion de temas, por decirlo así, van desde la denominada Operación Cóndor de hace 30 años -por el que pende un pedido de extradicion de un juez argentino al estilo de Garzon contra el ex Presidente, Francisco Morales Bermúdez- (Ver cobertura mediática últimas 2 semanas).
El hecho de que la juventud no tenga una memoria histórica (Ver videos) explica la campáña mediática para que los jóvenes de hoy recuerde la historia (los crímenes de los 80 y 90, la derrota política y militar de SL y su ideología proscrita y el tirunfo de la democracia sobre la violencia).
Otros hechos que se tocan ahora son la operación Chavin de Huantar para el rescate de los rehenes en la Embajada de Japón (mediados década 90) y los cuestionamientos por representantes del estado por un supuesto comportamiento de la CIDH más allá de sus atribuciones como justicia supranacional, inlcuyendo el riesgo de apartarse de la jurisdicción de Corte (ver declaraciones de diplomáticos y juristas).
En este ultimo caso está también presente una óptica dividida entre uniformados y un sector de la izquierda. Unos que defienden, fundamentalmente, la legitimidad del fallo del fuero privativo en tanto otros la revisión de ese fallo en la justicia ordinaria , cosa que no involucraría a la totalidad de los comandos Chavin de Huantar sino algunos casos que estarían pr esclarecerse el fuero civil (Informe La República-Ricardo Uceda).
Con semejante trasfondo político ideológico, es normal que muchos toquen el tema con pinzas porque de un lado hay documentos que reforzarían la posición de la CIDH, es decir, esclarecer los hechos más allá de los términos de un fallo militar (Ver mismo informe); y, por el otro lado, quienes defienden la idea de que bajo el paraguas de los derechos humanos se pretende defender cosas que no son derechos humanos (Defensores Héroes Chavin de Huántar). Y, a renglón seguido, otros quieren que se refuercen el sistema interamericano aprendiendo a respetar sin intervencipn previa a los fallos del derecho interno y el cumplimiento del debido proceso en el supuesto que éste hubiera sido violado.
Por supuesto, vale aclarar, nadie está en contra de los DD.HH, garantizados en Tratados, Convenios y Constituciones, porque hacer sería negar el mismo Estado Constitucional de Derecho, pero hay que tocar con sumo cuidado el tema. Y este enfoque no es anti militar ni pretende juzgar a un sector de la sociedad en razón de sus ideas, ideologías o formas de expresión.
Hasta aquí el debate doctrinario -por el que hay que ceder la palabra a los expertos. Pero, sguiendo a analistas respetados, hay que tener cuidado -repito-que en medio de esta marejada de temas -alrededor del concepto de DD.HH- exista una situación creada para desestabilizar el país -la marcha del agua como derecho humano o como caballo de troya para oponerse Conga- y que con esta marcha que viene de Cajamarca -con 400 hombres- se sumen, como apunta un analista, un grupo de revoltosos que con el pretexto de derechos educacionales, laborales y sindicales- quieran tumbarse al Primer Ministro y, como consecuencia, pretendan hacer tambalear la democracia y eso no es destino ni la ruta del Perú.
Entonces, volviendo al comienzo de esta reflexión, alguien podria preguntarse espantado, ¿qué pentagrama es el que se está siguiendo? ¿La música celestial o la música fúnebre? Claro, este enfoque, o como quiera llamársele, apunta dar claridad a las cosas -no para confundir ni engañar- y se mantiene equidistante de las partes en conflicto -sean los unos o los otros- porque sólo hay una bandera: EL PERU, con su pluralidad de ideas. con sus inversiones, con su empleo, con su tolerancia y con su prosperidadd de un país en camino al primer mundo.
En una ópera clásica inspirada en la república romana y con el guión de William Shakespeare. los actores mencionaban tres elementos que aseguran el pasado, presente y futuro de un pais: PAZ, JUSTICIA Y CORTES HONESTAS.
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