sábado, 27 de noviembre de 2010

CUANDO ALGO HUELE MAL (II)

CUANDO ALGO HUELE MAL (II)
JESUS JIMENEZ LABAN

Si un juez se equivoca, un vocal superior puede hacer la enmienda.  Si éste insiste en el error, un vocal supremo puede ser la solución.  La instancia es plural para asegurar la justicia a las personas, pero qué pasa si la suerte del demandado o procesado se decide entre policías y abogados poniendo a los jueces de espaldas a la defensa o la verdad.  De ahí, la trascendencia del periodismo de investigación como un servicio público.

Hay dos peligros que acechan a la democracia por los cuales un ciudadano de a pie puede terminar desencantado con el sistema.  Uno de ellos es el freno al desarrollo económico, cuando su brillo no alcanza a todos sino a unos pocos, precisamente por falta de equidad, de consenso y de cohesión.   Otro es la corrupción que convierte al Estado en un botin, es decir, todos –casi todos- lo quieren tomar por asalto.

El Perú ha sido uno de los primeros en el mundo en ser observado e investigado por la Organización de las Naciones Unidas.  De ello derivó  la  firma por Perú de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción. Es signatario también con la OEA de la Convención Interamericana contra la Corrupción, tiene acuerdos importantes en códigos de conducta profesionales, extradición y recuperación de activos en la lucha anticorrupción que promueve el Foro Asia Pacífico APEC.   El Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos contempla exigencias en el medio ambiente y un plan anticorrupción en el sector forestal.  

De manera que lo que mas nos ha costado –Democracia, riesgo país, estado de derecho, inversiones- tiene mucho que ver con los esfuerzos que hagan el Estado –todos nosotros gobierno tras gobierno- con un crecimiento y desarrollo económico mas inclusivo y una Administracion Publica más ética, más transparente y menos reglamentarista con un poder sancionador que no acabe en la impunidad.  Claro, no se puede echar a todos en un mismo saco, pero es necesario una profunda revolución deontológica que parta de las entrañas. 

Michael Reisman, profesor de leyes de la Universidad de Yale que también toca el tema de los incentivos y la impunidad, nos recuerda que el Estado siempre va a estar entre dos flancos.  De un lado, siguiendo su teoría, las demandas de la población (los inputs) el reclamo de mejoras en su calidad de vida.  De otro, los servicios que el Estado está obligado a dar (los outputs) tales como salud, educación, justicia,  seguridad.   

Este necesita reflectores permanentes para que la tentación no se apodere de las personas.  Por eso, preocupa en silencio a muchos ver canales de televisión en procedimientos concursales, medios entrampados en procesos judiciales o privados de publicidad o discriminados en su acceso a la modernidad tecnológica.  Es, en la práctica, la muerte en vida.   En una democracia –de cualquier parte del planeta-  no puede haber censura en monopolios mediáticos, cuando una sola organización tiene en una sola mano todo el poder. Ningún medio de prensa en una democracia tiene por qué someterse a una evaluación, prohibición o clasificación de sus noticias porque ello sería incurrir en la censura previa prohibida por la mayoría de constituciones en el mundo.

El pueblo es el foco del periodista. El periodista es la voz de la gente. Cuando el lector, el oyente, el televidente, el internauta busca luz de la verdad, la prensa enciende el foco. Es el canal por excelencia de la transparencia y la garantía de la decencia. El periodista, aunque incomprendido por el poder, esta siempre alerta a las malas obras del enemigo del país, lo que deviene en contra de la ley, de los intereses y la seguridad de la nación y va contra el bien de todos.

Es urgente y necesario promover la transparencia y extirpar la corrupción.   Nadie lo va a hacer –como ocurre en otros países de la región- sino la prensa, siempre y cuando esté alejada del poder, libre e independiente y pegada a los principios de la democracia que se retroalimenta con la transparencia, el acceso a la información y el encuentro de la verdad, cueste lo que cueste, caiga quien caiga.

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