PERUANOS EN EL EXTERIOR…,
¡SI SI PUEDE!
JESUS JIMENEZ LABAN
La mayor tragedia en tiempos de paz y tiempos de guerra ha sido tener un Perú dividido, peruano contra peruano. Sin embargo, esos tiempos han quedado superados porque la unión por el Perú no es una etiqueta partidaria sino un sentimiento nacional porque eso nos hace grandes, fuertes y vibrantes. Siendo la unidad de todos los peruanos el mensaje urgente del momento, no tiene por qué haber diferencias entre peruanos que viven en el Perú y connacionales que residen en el extranjero.
Vale recordar para la conciencia ciudadana que hay una enorme legión de peruanos electores que viven en el exterior con un tremendo potencial para generar oportunidades de empleo, comercio, desarrollo profesional, autoempleo. Salvando las distancias, nos encontramos en la misma circunstancia política de los años 50 y 70 cuando se otorgó el voto a las mujeres y poco después a los analfabetos. ¿Por qué la misma circunstancia? Porque tanto ayer como ahora el sistema político no asimila la importancia de este segmento electoral que bordea los 3 millones de electores –sumando inmigrantes afuera y miembros de la familia-, es decir, de manera increíble los inmigrantes son considerados –aunque lo prohíbe la Constitución Política del Perú- ciudadanos de segunda clase por el mismo hecho de haber sido olvidados, desprotegidos y excluidos de la tutela jurídica del Estado.
Quienes contemplan este panorama piensan –como muchos de nosotros- esto no puede seguir así. Pero ¿por qué ocurre todo esto? Porque no existe un puente entre los proyectos de peruanos en el exterior y los programas económicos y políticos en el interior del Perú, sencillamente porque no se ha legislado una plataforma jurídica que promueva e incentive al inmigrante en el extranjero, una actividad productiva que le permita ensanchar sus horizontes profesionales y laborales en el extranjero y al mismo tiempo tener oportunidad de acción en su propio país aumentando la prosperidad y bienestar de sus seres queridos y demás ciudadanos.
Así de simple, pero varias generaciones de legisladores y políticos han sido sordos y mudos testigos de esta asimetría…y -lo que es peor- han guardado silencio, salvo cuando han ido en busca de votos para reelegirse o eternizarse en el poder.
Creo yo que no sería una mala idea que el futuro Congreso de la República se dé el nacimiento de una nueva bancada en representación y defensa de estas personas como lo hacen ahora congresistas que sacan la cara por la amazonia, por el Peru profundo y por las causas nobles. Vale recordar que tal como está planteada la cosa ahora, un movimiento espontáneo y alejado de todo partidarismo -que apunte a tener representación importante en las curules del Congreso de la Republica- puede –por la trascendencia de la propuesta- tener incidencia en ministerios claves tales como Economía, Producción, Comercio Exterior, Relaciones Exteriores, Cultura, Agricultura y puede ser casi medio gabinete que directa o indirectamente tienen que ver con los inmigrantes peruanos en diferentes plazas del mundo.
Es una enorme caudal de peruanos que viven las angustias y las privaciones que imponen los retos de vivir en un país extranjero. Su potencial es enorme si logramos armonizar las fuerzas económicas y políticas en un proyecto nacional que contemple su viabilidad, a partir del emprendedorismo, de la pequeña empresa, las oportunidades que nos da los tratados de libre comercio, el autoempleo, como lo preconiza el Banco Mundial y el imperio de los microcréditos. Experiencia, know how, conocimiento y capital hay y los peruanos unidos podemos decir ¡sí se puede!
Una propuesta política al fragor de las elecciones generales que se avecinan bien puede constituir una solución alternativa al sueño largamente postergado de millones de peruanos en el exterior con sólo estimular mecanismos, movimiento de conciencias y de personas en la defensa de sus derechos constitucionales a ser tratados y no olvidados en un mismo pie de igualdad respecto de sus connacionales que aun no han salido de las fronteras.
Sea cual fuere el enfoque político, el emparrillado jurídico y el posicionamiento mediático de otros agrupaciones, partidos y movimientos, no pueden oponerse a esta causa justa. Quienes crean en ella estarán cada vez más cerca de estas coordenadas con las que debemos palpitar todos juntos porque todos somos peruanos.
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