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Los recursos económicos de los programas Crecer y Juntos, los principales auxilios que dan el gobierno a la gente más pobre, no están llegado a sus respectivos destinatarios, según un reportaje televisivo. Son 4500 millones de soles los que se destinan a programas de asistencia social. Como se ve, esto significa que hay que gente –más de 3 millones 800 mil personas- que se camufla como pobre para recibir ilegalmente este subsidio del estado que reciben 7 millones de pobres en todo el país.
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La denuncia, que ha sido hasta ahora desmentida por la autoridades, encuentra como respuesta un gran número de empadronados, teniendo como base legal el documento de identidad, la foto de cada beneficiario y los integrantes de su familia.
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Sea como sea, son programas que requieren de la participación del gobierno central, del gobierno regional y de las municipalidades que deben liderar el proceso. El Vaso de leche es administrado por las municipalidades, en tanto que los Comedores Populares por el Pronaa y Pronamach, mientras Foncodes no asimila aún un paso a manos de las autoridades de provincias.
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Se cree que en el programa Juntos hay una predisposición de los beneficiarios a no salir de la pobreza porque hacerlo significaría que se les prive del subsidio de 100 soles que reciben las familias a cambio que vacunen a sus hijos y los envíen a la escuela. Se cree que este programa no favorece la inclusión productiva o la inversión inclusiva y promueve el asistencialismo.
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Tratando de romper este círculo vicioso, las autoridades peruanas han ideado un programa de préstamos con participación del principal agente financiero del estado, Banco de la Nación, orientados a todos aquellos que presentan cifras positivas de nutrición. Aunque parezca increíble, existen fuerzas retrógradas como Patria Roja que buscan detener en el desarrollo de las zonas miserables, pero unas 20 mil mujeres liderarán este cambio social en base al crédito.
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