sábado, 18 de agosto de 2007

TERREMOTO: HAY QUE VIVIRLO PARA CONTARLO

Desde Pisco, Peru, Jesus Jimenez Laban
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Hay que vivirlo para contarlo. Con sinceridad expreso que a lo largo de toda mi vida he cubierto como reportero de noticias por TV muchos desastres naturales, pero ninguno tan desvastador como el terremoto que golpeó y castigó inmesiricordemente Pisco, Chincha, Cañete e Ica. No hacen falta, creo yo, descripciones del drama porque las imágenes que registré en mi trayecto de Lima a Pisco, hablan por sí solas del dolor y la desolación de estos pueblos. He hablado con desesperados familiares de las víctimas que venían en bus, con el hombre de la calle, y he trepado los cerros donde se concentran los más débiles en grandes bolsones de pobreza. Y he escuchado una y otra vez su súplica con voz llena de piedad para que la comunidad les envíe mantas para los niños, techo para resistir el frío, agua y alimentos para no morir y asistencia médica en un momento de contaminación pues empiezan a descomponerse los cuerpos de las víctimas del sismo que todavía no han sido rescatados de entre los escombros. Dificilmente, se borrará de la mente de peruanos una calamidad como ésta, pero no solo hay que quedarse en el reportaje, en la prevención de los hechos sino hacer algo más para mover conciencias, impactar en la opinión pública internacional y sensibilizar corazones en ayuda de esta pobre gente que perdió a sus familias, no tiene nada y espera la ayuda solidaria y humana del mundo. Así sea.

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